26 OS de Suga: Secuestro y bondage.

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El día cuarenta pierdo las esperanzas, me asomo debajo de las sábanas y observo como él vuelve aquí. Camina a paso tranquilo, como si no le importara nada. Se detiene justo frente a la cama donde me encuentro, en ese momento, me escudriña con sus ojos negros, aquellas dos gotas de un mar oscuro que me parecieron maravillosas la primera vez que las vi, imaginando lo estupendo que sería tenerlo como vecino. Lo veía como mi protector y mejor amigo, a pesar de llevarnos una notable diferencia de seis años, y por ende, un cambio rotundo en su sociedad.
Yo era menor de edad y él me estaba reteniendo en contra de mi voluntad. Sin embargo, por como se da el caso y aunque fuese enfermizo el hecho, quizá esté desarrollando un severo síndrome de estocolmo. Él es tan dominante y rudo, cumple absolutamente todas las fantasías sexuales en una sola persona, y es estremecedora la manera en la que me posee, se posiciona por encima y tortura mis sentidos, provocándome uno de los dolores más malévolos de este mundo. Una y otra vez sucedía lo mismo, en cuanto aquellos luceros encendidos chocaban con los míos asustados, empezaba su caza y yo era una presa demasiado fácil y débil. Lo tenía más que claro, estaba perdida.

Cuando pasa su cuerpo sobre el mío, me destapa y sonríe, siento escalofríos. Él me coloca boca abajo y besa el largo de mi espalda, para luego golpear una y otra vez, dejando una huella de ardor extendiéndose por mi cuerpo, a la par que mís sollozos comenzaban a hacerse presentes. Sin embargo, él no era bueno, y le encantaba verme llorar.

—Oh bebé, haré que cada una de tus lágrimas sean gotas de semen de mi pene gordo cayendo en tu bonita cara. ¿Qué dices? Luego de unos buenos azotes en este traserito tan delicioso.— habló mientras apretaba sin delicadeza alguna mi carne entre sus dedos, apropiandose de mi calor y asfixiándome con el suyo propio. Tenía ganas de morir, no soportaba afrontar todo esto...
  Cuando percibo su mano alejarse, escucho como se desabrocha el pantalón, sé que está admirando el largo del cinturón y que disfrutará cada hematoma en mi piel. Se me ponen los pelos de punta. Luego me da vuelta.
Él toma mi mentón y me obliga a mirarlo, su mirada es fría y aterradora, exclama tantas cosas que todo se me escapa de mi campo de comprensión.

—Pero no me mires así, pequeña zorrita, bien que te encanta que te folle contra el sucio colchón— frunce el ceño y luego ríe, una carcajada limpia y enigmática. Me deja tirada en la cama, atándome las manos y los pies. Al cabo de un par de minutos vuelve con una caja que lleva escrito "Juguetitos para Evelin♥". Sé lo que contiene, principalmente fue mi regalo de cumpleaños, y luego aquel obsequio pasó a ser un completo horror al ver en vivo y en directo el uso de aquellos objetos.

Mi vista se inhibe cuando aquel hombre venda mis ojos, negándome la posibilidad de ver qué era lo que haría, poniéndome aún más nerviosa y preocupada.

Él ejerce fuerza sobre mí cuando nota mis movimientos bruscos, intentando escapar. Noto que se enfurece y presiona más las cuerdas que me atan, el dolor es inimaginable. Todo empeora cuando siento su mano recorrer mi trasero, luego lo pellisca y hace que salte, me da la vuelta y comienza su azote, un cinturón fiero de cuero me desploma a grandes pasos, ahora mis sollozos son entrepitosos llantos y súplicas. Pero a él parecen motivarlo aquellos alaridos, pues aumenta su ritmo y fuerza, provocando que surgieran heridas abiertas y de ellas escurriera sangre. Cuando termina sus golpes, dura unos segundos en silencio, luego lo oigo murmurrar lo hermoso que ha sido su trabajo, y de lo precioso que era mi trasero todo lastimado y precario.
Finalmente lo escucho desprenderse de sus ropas, pasa su duro y ancho miembro encima de mi ano, provocándome allí, un pulso serio. Pero no lo introduce, juega un rato, disfrutando mis quejidos del dolor exorbitante que sentía no sólo en aquella zona, y el profundo trauma que me provocaría.
Un ruido es provocado por la búsqueda de Yoongi en lo que supongo será la caja, parece un objeto de suma importancia.

De repente siento como, bruscamente, se introduce algo en mí, es un dildo. Ya lo había experimentado el primer día de cautiverio y se sentía terriblemente abrazador. Suga comienza a jugar con velocidades y establece un ritmo de mete y saca que me hace sentir inexplicablente confundida, así eran las cosas. Él era una persona ccomplejamente especial, decía amarme, decía odiarme y en estos casos ya no sabía que pensar. Perdía la noción poco a poco, mi conciencia y cordura se iban junto al doloroso margen y derepente me cuestionaba mi salud.
Cuando comenzó un vaivén de caderas, impulsando su miembro sobre mí no sabía qué era lo que pasaba, mi vista estaba nublada y ardía en fiebre. Mis pensamientos, mutilados y perdidos. No tenía idea de lo sucedía.

-------Fin------

Wenas, nunca escribí algo de este tipo y no c... me da penita poner a los chicos ya que no me los imagino :"v
Pero weno, pedidos son pedidos y sólo se trata de un escrito :b
Ah sí, todavía me falta escribir otro más, parecido pero más corto y de todos los chicos. Dentro de poco voy a subir de nuevo :0

Pedidos BTS (+18) PEDIDOS CERRADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora