45 Tampón 6/7

3.9K 179 13
                                    

Kim Taehyung

Era en estos días monótonos, cuando el silencio predominaba y a mi lado no se hallaba mi precioso amor, que mi mente comenzaba a maquinar mil pensamientos por hora, como si no bastase mi temprana e irrefutable soledad, comencé a ver los días tranquilos como aburridos. Tal vez fue ese un gran motivo para mí, para mi decisión predilecta de tener las esperadas risitas y correteos de un par de piesitos por la casa, situación que Tae y yo añorábamos hace años, sin embargo, no veíamos oportuno el concebir a un pequeño fruto de nuestro amor en esos tiempos. Pero ahora podía decir con total seguridad que gozabamos de plena estabilidad, Tae trabajaba de lo que más amaba sin que esto sea cansador o atosigador, y de mí también podía decir lo mismo. Finalmente acallé todos esos pensamientos para dar toda mi atención al sonido de la puerta abriéndose que rompió con todo el vacío de la casa, allí venía mi hombre, con su sonrisa brillante y sus ojos amorosos, en sus manos llevaba su saco, que no dudó en tirar al sillón tan pronto me vio, para fundirnos en un abrazo y tierno beso de bienvenida.

  —¡Amor!— exclamó él, regocijándose en nuestro encuentro, besándome él a mí y besándolo yo a él. Quizá se nos pasó la fogosidad, porque en un suspiro, nuestra tierna bienvenida se convirtió en una necesitada bienvenida, con nuestos lujuriosos cuerpos haciendo aparición, colmando nuestras almas de tal lascividad, conduciéndonos al sofá a nuestro lado. Allí él me apresó excitado, su mirada había cambiado, pero en ella aún permanecía latente el amor que nos habíamos profesado mutuamente desde que nuestros orbes chocaron.

—Te amo cariño— le dije de frente, con los más sinceros sentimientos que tuve. Tomé su mano y la llevé a su rostro, cubriendo con la mía una caricia, rozando sus largos dedos y deleitándome con su suave piel. 

—Yo también te amo amor, muchísimo— contestó. Sus labios pronunciando honestidad. Ahora él me sostenía como si de una joya se tratase, mimándome como siempre, con todo el amor posible. 

Nos fundimos en nuestras palabras, nuestros besos y abrazos, nuestras caricias y mimos. Fue allí que mis recuerdos cobraron vida, que mi corazón reclamaba su corazón, y así sentí que debíamos y deseaba continuar.

  —Tae— pronuncié su nombre en el tono más dulce que mi voz se permitió dar.— tengamos un bebé, tengamos un hijito cariño.— Si me preguntaran en ese instante cuál fue mi recuerdo más feliz, diría que ver sus hermosos ojitos llenarse de un brillo encantador, su sonrisa ensancharse como nunca, haciéndolo ver sumamente angelical, y es como yo lo sentía. Mi bello ángel, mi hermoso esposo y padre de mis hijos.

—¡Claro que sí! ¡Me haces la persona más feliz del mundo!— sonreía sin contenerse, casi lagrimeando de alegría, y me hacía inmensamente feliz a mí, porque era algo que nosotros deseamos tanto que podríamos explotar de plenitud.

  Un beso lleno de nuestro profundo amor se encargó de iniciar el concebimiento de nuestro primer hijo.

En nuestra habitación teníamos tantos buenos momentos como aquel, que ahora pasaría a formar gloria insigne de nuestras vidas. De pronto nos encontramos en este espacio, en el que tantas cosas habíamos descubierto de ambos, amándonos cada día más, porque nuestro cálido amar fomentaba las bases de nuestra intensa relación.

—Cariño— decía entre besos, mi esposo. Yo alcé la mirada, y él, separándose sólo centímetros, murmuró contra mis labios— ¿puedo ponerte una de esas cosas ahí para que nuestro hijito nazca pronto?— si hubiese una palabra para describirlo era encantador, resultaba tierno y espontáneo, risueño y avergonzado; así estaba mi bello amor.

—Claro que sí cariño.— Mi consentimiento tan seguro e inmediato lo motivó, haciéndole aparecer otra de sus magníficas y cautivadoras sonrisas. Así, con todo nuestro éxtasis comprimido, mis manos desesperadas tocarían con delicadeza su cuerpo, recorriéndolo con fascinación, implorando al tacto nuestra unión. Tae me respondió con su silueta acoplándose a la mía, terminando por ceder ante los sugestivos instintos que parecían desbordar de lo profundo de su ser. Su palma caliente me envolvió, sus besos húmedos treparon mi cuello, usurpando cada parte de mi mandíbula, llegó a mis labios que ansiosos lo recibieron. Sus belfos se apropiaron de los míos y sus piernas se enredaron entre mi palpitar prontamente descubierto. Mis dedos rozaron su esbelta cintura, para bajar por sus muslos y llegar a su latente miembro, que cuando lo envolví en mis falanges, logré besar un sincero gemido que salió como brisa de su boca. La sensación abrumadora al escucharlo hizo que mis manos recorrieran fugazmente toda su longitud. Mis oídos siendo testigos de su clímax evocar entre mis dedos, maravillados al absorber su esplendoroso timbre. 

—Déjame amarte cariño— dice, mirándome con ternura, yo asiento y le beso una vez más sus tentadores labios.

—Déjame amarte cariño— dice, mirándome con ternura, yo asiento y le beso una vez más sus tentadores labios

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sé si habrán notado que amo a Tae, él me pone muy soft :"v

Pedidos BTS (+18) PEDIDOS CERRADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora