Madness of two

Capitulo 2

Todo empezo una tarde fría de invierno casi como cualquier otra, pero no sabía que esta sería diferente ya que a mi vida llegaría un peculiar cliente diferente a los demás, buscando lo mismo que otros pero a la vez no exactamente.

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Mi nombre es Sam, tengo 19 años y vivo en una ciudad... mediocre, sinceramente no me molesta vivir aquí pero no es como que tenga la mejor vida. Veran no trabajo en un supermercado, una farmacia, tienda o algo en lo que chico de mi edad  debería tener como tal, yo soy prostituto... si... se lo que estas pensando "¿Qué mierda con este tipo?" y no les diré cosas como "Tuve una vida dificil".
Podría ser lo que quisiera o quien quidiera sin menor esfuerzo en ello debido a que tengo unos cuantos conocidos que me podrían ayudar. Solo lo hago por que no lo puedo dejar. A la edad de 17 años mi madre descubrió que soy gay y podría decirse que no le agrado... ¡Vamos que era una homofobica! 

Despues de ese pequeño incidente me echó de la casa y como pude trate de salir adelante pero como no logré completar mis estudios y además nunca tuve experiencia en el ámbito laboral, no sería de mucha ayuda para quien estuviera lo suficientemente desesperado como para contratarme, así que opte por el único "trabajo" en donde no te exijían mucho y además con una buena paga... la prostitución.

Vivo en un departamento algo pequeño incluso para mi ya que para mi edad, mi estatura es muy baja como mis posibilidades de conseguir un trabajo decente, más bien tengo la apariencia similar a la de una chica de cabello negro, como tu futuro, de ojos color café,  lo cual es bastante curioso por que me encanta.

Después de lo que pasó con mi madre y de conseguir "trabajo" me mude aquí con el poco dinero que habia ganado. La primera vez no fue tan mala, de hecho, el hombre con el cual tuve mi primera vez fue muy gentil.

En cuanto al servicio, es de 15 minutos y cobro $500, claro, depende de los gustos del cliente, por ejemplo, en el caso de que dicha persona es alguien con gustos... peculiares o no muy cómunes, llegaría a cobrarles $800 la hora.

Obviamente no soy estúpido, aunque lo parezca, como para no cuidarme de forma adecuada y segura para mi, ya que en la prostitución se corre el riesgo de llegar a contagiarse de diversas enfermedades como lo es el SIDA o el VIH que actualmente son las más comunes en este tipo de "trabajo".