El gran día:

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Narra Aitana:

Por fin iba a llegar el día que tanto ansiaba, ese en el que mi vida cambiaria, bueno solo seria una semana, pero eso no era lo importante.

A estas alturas no podia creerlo, pero parece que finalmente lograria mi gran sueño.

Al mismo tiempo me preguntaba quien seria aquel chico del cual parecia que Ana no queria saber nada, pero no era el momento de preguntar, ya que lo iba a averiguar todo dentro de poco o me lo contaria ella misma para advertirme.

Asi fue, aquel chico de ojos marrones y pelo castaño se llamaba Luis, Luis Cepeda y no era feo. Incluso parecia agradable a la vista. No entiendo el comportamiento de mi querida nueva, pero no era de mi incumbencia una vez más.

Pasadas unas horas, llego el gran momento de cambiar. Quedamos en su casa para maquillarnos y vestirnos para parecernos lo máximo posible la una a la otra, y he de decir que hicimos un trabajo increible.

También practicamos nuestros tonos de voces. Ella lo devia poner un tanto mas agudo y yo bastante más grave, pero diriamos que estabamos malas de la garganta y que se nos habia cambiado la voz un poco.

Nos explicamos más a fondo como funcionaban nuestras vidas y como eran nuestros familiares y amigos más cercanos añafiendo nombres...

Y por fin, el intercambio tan esperado...

- ¿Estás preparada para este gran cambio en nuestras vidas? Comencé preguntando con una gran sonrrisa dibujada en la cara.

- Por supuesto - me contestó ella con seguridad en la mirada.

Narra Ana:

Mi estado de ánimo no tenia nombre. Lo único que pegaba era la alegría de por fin poder hacer lo que más deseo en el mundo pero sin ninguna presión.

Sin pemsarlo ni un segundo, me coloqué en el lugar en el que la verdadera Aitana solia hacerlo y ahora con una voz mas aguda de lo normal, empecé a cantar sin miedo a lo que la gente pudiera pensar de mí.

Ahora era yo misma solo que con una voz más dulce y aguda. De ahora en adelante podria decir que sabia lo que significa sentirse libre. De ahora en adelanta, podria decir que sabia lo que significaba la añoranza. Pero sonbre todo, de ahora en adelante podria decir que sabia lo que significaba el sentirse agusto con uno mismo y alegre y satisfecho con tu trabajo sin presion ni miedo de que a la gente no le guste lo que haces, sin temor a que te puedan hechar y decirte que debes dejar de trabajar en lo que mas amas en este mundo, sin las sensaciones de puro estrés por todo lo que significa subir un simple video a YouTube y que a las personas que nunca has defraudado les guste una vez más.

Como a mi me gusta decir, esto es como un paraiso, como un sueño del que jamas quieres despertar.

Me encanta ver como la gente se acerca a mi para hechar algunas monedas por el trabajo que estoy haciendo. Quizá no les guste del todo, pero son generosos y saben ayudar a quienes lo necesitan.

Si todos fueramos así, la vida sería mucho mejor y todos pondriamos un granito de arena con pequeñas ayudas, porque en verdad si vamos poniendo todos, ya no un euro, si no diez centimos, finalmente hay mucho mas dinero del que pensamos, pero no nos hemos gastado tanto, es más, nos hemos gastado casi nada y hemos aportado mucho más dinero del que pensamos.

- sigue así muchacha. Tu esfuerzo día a día vale la pena...- me dice un señor muy agradable al pasar por delante mia.

- muchas gracias señor...

- Martínez, por favor.

- por supuesto, muchas gracias, señor Martínez. - contesto con una agradable sonrrisa.

Este trabajo en la calle, iba a gustarme mucho mas de lo que yo imaginaba. Sería una experiencia que no olvidaría jamás.

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Nota de autora:

Muchas gracias por comtinuar con mi historia y perdonar por la tardanza de este nuevo capitulo de mi historia.
Espero que os siga gustando tanto o incluso mas que el primer día. Un abrazo

Itzii_06

Aitana warDonde viven las historias. Descúbrelo ahora