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Harry abrió la ducha y reguló el agua, esperando que esta se calentara. Dejó su toalla a un lado junto con su jabón color rosa con aroma a frutilla, y se metió al agua.

Cerró sus ojos con una sonrisa y disfrutó un momento. Entonces vino a su mente la canción que estaba cantando hoy en su ducha mañanera en casa. Empezó tarareando y moviendo ligeramente su cuerpo. 

Cuando notó que nadie venia, comenzó a cantar un poco mas fuerte y a moverse más.

  —You can dance, you can jive...—Cantó cerrando sus ojos y con una sonrisa en su rostro.—Having the time of your life.

Empezó a mover sus caderas y tomó el shampoo en su mano, usándolo como micrófono. 

  —Ooh, see that girl watch that scene...—Se dio una vuelta, moviendo sus caderas.—Dig in the dancing q-

Pero antes de poder seguir cantando, escuchó una risa ahogada. Aun de espaldas, se giró con temor. Sus ojos se abrieron al ver a toda su clase ahí, mirándolo y riendo en voz baja.

Su primer instinto fue tapar sus partes intimas. 

Entonces explotó la risa.

Su rostro se volvió del color de un tomate, y sintió sus ojos llenarse de lágrimas por la humillación. Vio a la cabeza a Louis, quien reía junto con los demás.

Claro, debió suponerlo. Ese pequeño bastardo aun no superaba su odio hacia él.

Tomó su toalla y se la ató a su cintura. Salió corriendo tan rápido como pudo, intentando no caerse. Su humillación seria peor.

Las risas se seguían escuchando mientras se ponía su ropa, sin importarle que aun estaba mojado y su cabello goteaba. Se colocó la toalla en su cuello para no mojar aun mas su camisa, tomó su bolso y salió entre la gente que aun reía y lo señalaban con burla.

Quería huir a casa, y encerrarse en su cuarto hasta que pasaran unos 10 años. O hasta que la gente olvidara haberlo visto desnudo y cantando. Sin contar el baile.

Pero para su mala suerte, aun estaba en la escuela, y no podía irse así como así. 

Se encerró en un baño y llamó a su madre. Luego de unos timbrazos se escuchó la voz preocupada de su madre.

  —¿Harry? ¿Pasa algo? Nunca me llamas en horario de escuela.

Harry abrió la boca para contarle todo lo que había hecho Louis, así ella le contaría a Jay y esta lo castigaría, le quitaría su auto y probablemente no saldría a fiestas en un buen tiempo.

Pero en vez de eso, solo tomó aire y dijo:

  —Nada mamá, solo te extrañaba. ¿Cuando volverás?—Pudo decir todo sin siquiera titubear, y se felicitó.

Oh cariño, yo también te extraño. Probablemente en unos días nos veremos, el próximo vuelo es pronto.  

Harry sonrió y sorbió su nariz. Era en estos momentos donde mas necesitaba un abrazo de su madre, mientras acariciaba su cabeza y decía que nada dolía para siempre.

  —¿Estás seguro que estás bien? 

No.

  —Sí mamá. Como dije, solo extrañándolas. Ya sabes que Louis es muy flojo.—Se escuchó el bufido divertido de su madre en la otra línea.

  —Lo sabemos cariño. Pero no te preocupes, pronto descansaras. 

  —Solo lo haré cuando por fin pueda irme a la universidad, y estar bien lejos de ese niño flojo y mimado.—Contestó Harry, rodando los ojos. Su pecho comenzaba a sentirse algo mas ligero. Sin duda hablar con su madre era la mejor medicina.

Luego de unos minutos más hablando, Harry decidió que no podía esconderse en el baño para siempre (aunque quisiera), así que cortó la llamada y salió.

Todos en el pasillo lo miraban y se reían. Algunos eran disimulados y se reían en voz baja. 

Otros ni siquiera se molestaban. Incluso lo señalaban y reían a carcajadas.

Ignorándolos, fue a buscar su mochila a su casillero y se fue a clase. Y oh, que maravilla, le tocaba con Louis.

Maldiciendo, entró al salón y se sentó en el último puesto, colocándose el gorro de su abrigo y se encogió, tratando inútilmente de desaparecer.

Los alumnos entraban y al verlo reían en voz baja. Murmullos acerca de su ridículo baile y canción se escuchaban en todo el maldito salón. Harry quería cubrirse el rostro y llorar. Obviamente no hizo ninguna de las dos.

Ya suficiente tenía con la humillación de las duchas, no quería añadirle mas si lloraba. 

El grupito de Louis entró y Harry miró a otro lado. Evitaría lo que mas pudiera al chico, o este tomaría la primera oportunidad para joderle mas la vida. Harry vio de reojo como se sentaba con sus amigos y reían de algo —de él seguramente— y sintió envidia. 

Louis era guapo, popular, tenia dinero y un lindo auto negro donde llevaba a todas sus conquistas a dar un paseo. Harry se sentía un tonto por ser parte de las chicas que suspiraban con por él.

Harry sabia que Louis era una pequeña mierda malvada, pero jamás pensó que tanto como para arruinarle la vida.

 Vio a la maestra entrar y suspiró. Esta era su última clase y podría irse a casa, a refugiarse de las burlas que ya habían, y de las que vendrían próximamente. 

Solo un mes, pensó con amargura. Solo un mes más y no verás a esta gente nunca mas, porque te irás a la universidad y nadie podrá burlarse de ti. Una nueva vida, empezar de cero.

Miró con cuidado a Louis y este ya lo miraba, con una sonrisa burlona. Se giró con las mejillas rojas.

Solo un mes más y no tendrás que lidiar con Louis nunca más.

Dancing Queen. [larry stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora