Malentendidos

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-¿Diga?

-Tsuzuku.

Parpadeo un par de veces antes de quitarse el móvil del oído, observando el número que ponía la pantalla, "no registrado" se leía, pero no había borrado su número en ningún momento. Entonces lo llamaba desde uno nuevo, o desde el móvil de otro.

-MiA –dijo el rubio tras un corto silencio al no saber que responder - me has asustado.

-¿Interrumpí algo acaso?

-No, no, solo me sorprendí que fueses tú al no tener registrado el número.

-Lo siento por hacerlo desde este otro número, pero mi teléfono esta descargado y no había otro modo más que usar la habitación del hotel.

-No importa.

Silencio entre ellos, algo que se esperó pese a que desde el momento que empezaron las llamadas no había parado de contestar. Desde que dejo a Yuutaro con Koichi, las llamadas a su teléfono no habían cesado, no eran muchas personas, por supuesto, pero eran algo largas debido a que eran amigos muy cercanos (Nao, quien le llamo pese a que se hallaba más dormido que despierto, había mostrado su alegría por el proyecto y Aryu le había enviado diversos mensajes de texto, que leyó antes de recibir su llamada poco después de haberle colgado a Kazuya, quién pese a que su llamada fue la más corta de todas, mostraba su alegría y le mandaba muchas felicitaciones además de pedirle que saludara a Koichi). Pero cuando regreso al camerino, dispuesto a recoger sus cosas y acompañar a Koichi a su casa (además de despedirse de Yuutaro), se encontró con que el más alto no estaba, pero antes de ponerse a llamarlo, entraría a su móvil la llamada que ahora mismo sería la más incómoda, por no decir, la más corta que creería tener en toda la noche.

Y es que esperaba la llamada de cualquiera, menos la suya.

-Felicitaciones, por el show de hoy.

-Gracias.

Incluso lo notó por parte de MiA, que no estaba del todo cómodo con la llamada.

-Me he enterado por parte de algunos que tú y Koichi llegaron a cantar, es una grata...

-¿Cómo te enteraste? –Le interrumpió empujando la puerta, sin preocuparse que esta estuviese cerrada o no mientras se dirigía al rincón opuesto de la puerta a continuar con la llamada.

-Me ha avisado Yuutaro por mensaje...

-¿No qué tu móvil estaba descargado?

Pillado.

-Tsuzuku, espera...

-Genki –le corrigió del mismo modo que había corregido a Yuutarog- de ahora en adelante me llamo Genki.

-¿Cómo? ¿Cambiaste al nombre qué usaste en VanessA?

-¿Yuutaro no te dijo todo? –Cuestiono acostándose en el silloncito tras darle una rápida mirada a la puerta al haber escuchado ruidos del otro lado, afortunadamente nadie entro, lo cual era un alivio ya que no quería ser interrumpido por nadie-. No puedo usar el anterior, así que elegí usar el nombre que mis padres me dieron.

-Entiendo –pudo notar como el tono de MiA cambiaba sutilmente a uno más tranquilo- Aunque Koichi sigue usando el mismo nombre de siempre –Tsuzuku apenas asintió-. ¿Canto verdad? –Otra vez recibió un "hm" como asentimiento-. Todavía no lo he escuchado, bueno, ni a él ni a ti, ahora me doy un tiempo para poder hacerlo...

-Adelante.

-No me cuelgues, por favor, no tardaré.

Pudo escuchar ruidos al otro lado, pero no se molestó en tratar de descifrar que los provocaba. Ahora su mente era un mar de pensamientos relacionados con el individuo al otro lado de la línea, todos, desde el momento que lo pillo. Aun cuando Koichi era cercano a él, la relación entre el guitarrista y su persona era distinta, viéndose hasta más cercano a los ojos de los demás. Esto, por supuesto, había desencadenado por parte de fans y algunos músicos de doble sentido, insinuando sobre si no eran algo más que compañeros. Por supuesto, a él le daba igual, pero MiA no era él y pese a que expresaba su descontento de otro modo, lo conocía y sabía que no lo soportaba. Hubo un tiempo en que se volvió tan transparente para él que un simple vistazo a su ser, era capaz de adivinar si este estaba furioso, feliz, enojado o sí algo malo le sucedía (todo lo contrario a Koichi, quién solía ser algo más difícil de descifrar pese a su cercanía). Pero eso dejo de ser con el pasar del tiempo, y conforme los años transcurrían y el trabajo de MiA se extendía hacia otros horizontes fuera de la banda, cada vez iba reconociéndole menos, no llegando al punto de desconocerlo, pero sí de ser cada vez más difícil de leer.

Un inicio distinto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora