Capítulo 4; si me quedo con las ganas...

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*Narra Lucía*

Mochila hecha. Tenía todo listo y en menos de media hora salía a la playa de Huelva más cercana de Sevilla.

Me puse un bikini de palabra de honor verde y una camiseta ancha con unos vaqueros cortos.

Pitaron en la puerta y bajé las escaleras de dos en dos. Salí y me monté en el coche con mi hermana y su novio.

-¿Y los gemelos?-pregunté.

-Al final no vienen...-dijo Carlitos y mi cara cambió al instante.- Es broma Luciérnaga, vamos a por ellos ahora.-sonreí cuando terminó de hablar.

Llegamos a su casa y Carlitos que iba conduciendo, pitó.

A los instantes salieron, iban guapísimos. Ambos unos polos turquesa y Dani un bañador rojo, lo que le diferenciaba de Jesús que lo llevaba negro.

Yo estaba sentada en el asiento izquierdo.

-Echate pallá'.-dijo Dani mientras me empujaba suavemente y me colocaba en el asiento del medio. Lo miré mal.-¿Que quieres? Me gusta apoyar la cabeza en los viajes, si quieres que yo me siente ahí vale, pero me apoyaré en ti, tú dirás.

-No gracias, no quiero rozarme contigo no vaya a ser que me pegues los piojos.-dije vacilante.

-Buena esa.-dijo Jesús mientras me ofrecía su mano para que la chocara.

-Ehh, los peluqueros no solemos tener piojos. Que mal informados estáis.-replicó Dani y los tres reímos a la vez.

Cada uno fue a lo suyo durante el trayecto, Dani leía una revista de la cuál eran portada y Jesús tarareaba un canción desconocida para mis oídos. Supuse que era de ellos, no lo sé, fuera de quien fuese la letra era preciosa.

Por fin llegamos, me dolía el cuello de ir todo el viaje con la misma postura, pero me resultaba vergonzoso apoyar mi cabeza en alguno de los dos gemelos, así que la apenas hora y media que duró, fui recta.

Juan Carlos y Paula estaban colocando la sombrilla, la nevera y todas esas cosas que se suelen llevar a la playa.

-Nosotros nos vamos a bañar, ¿vienes?-me dijo Jesús mientras se quitaba la camiseta y yo me ruborizaba.

No contesté y me levanté mientras me quitaba la camiseta. Ambas miradas se posaron en mi cuerpo. Mis mofletes deberían ser tomates.

-¡Tomatito! ¡Eres un tomatito! Jajajaja.-dijo Dani mientras apretaba mis mejillas.

-Gilipollas.-dije seria, pero nada me duró porque una sonrisa se volvió a dibujar en mis labios.- ¿Vamos o qué?

Ya estábamos dentro y Jesús y yo salpicandonos agua cuando notamos de que careciamos de la presencia de un gemelo.

-¿Y mi hermano?-dijo Jesús mientras que miraba a la sombrilla donde se encontraban Paula y Carlitos, pero nada, allí no estaba.

-Ni idea.-dije yo y nos empezamos a preocupar.

-¡DANI! ¡DANI! ¡DANI!-gritabamos a la vez, pero ni rasto de su presencia, ni de su voz, ni de nada que indicara que se encontraba por la zona.

Estábamos apunto de salir del agua para buscarlo fuera cuando algo tiró de mi pie.

-¡JESÚS!-grité.-¡Me he enganchado a algo!

Y antes de que Jesús se girara, me di cuenta ese "algo" era Dani, y que estaba en esos momentos subida como un cochinito a su espalda.

-ERES GILIPOLLAS, TE ODIO, MONGOLO, IMBÉCIL, RETRASADO, CAPUYO.-gritaba en medio del mar.

-Pero has buscado a este imbécil como loca cuando no aparecía.

-Para...para no quedar mal.-no sabía que excusa utilizar y solté la mas mala que nadie había escuchado.- ¿Me puedes bajar?

Y en la orilla, Dani me fue a bajar cuando se tropezó con algo. Nos caímos ambos al suelo quedando él encima mía.

-Dani, pesas. Quítate de encima.

-¿Y si no quiero?

-Si vas a querer.

-Hazme caso que no.

-¿Te sales siempre con la tuya?-dije mientras el asentía con la cabeza, notaba su respiración en mi cara.- Pues chulo de playa, conmigo como amiga las cosas van a cambiar.

-Eres una amargada, se vive bien haciendo lo que te apetezca en el instante. Odio quedarme con las ganas de algo que me apetezca hacer.

-Dani, pesas.-repetí.

-¿Sabes? Si me quedó con las ganas de besarte en este mismo instante puede que no duerma en años, sin saber que se siente besandote a ti a la orilla de una playa, una escena que puede que jamás se repita.-dijo mojandose sus labios de saliva con la lengua. Continuó.-Y no me gusta quedarme con las dudas, es lo bueno de disfrutar la vida, hacer las cosas sin pensar las consecuencias. Puede que después de lo que voy a hacer los próximos segundos dejes de hablarme o puede que de te enamores de mi. Puede que odie como besas o que odies como beso. Puede que te pierda como amiga. Pero nunca sabré que pasará, si me quedo con las ganas...-dijo y me besó.

Hice un amago de despegarme hasta que me di cuenta de que no merecía la pena hacerlo. Besaba que te cagas. No sé si el me gustaba, pero sus besos sí. ¿Y por qué me voy a privar de algo que me gusta? No teníamos pensamientos de parar hasta que notamos un flash en la cara. Un hombre totalmente desconocido para mi, nos acababa de hacer una foto.

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2014 ⏰

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Prefiero Decírtelo Así. (Gemelier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora