Capítulo 1; ¿Algún problema?

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-Lucía, ¿puedes guardar la grabadora en la maleta que está encima de la encimera?

-Está bien, papá.-dije suspirando al final.

-Tranquila, hoy no tenemos que ir muy lejos, la entrevista de hoy es en...¡Anda! Si es aquí, a las afueras del pueblo.

-Entonces será un matado que no conocerá ni su madre. Porque para vivir en Mairena... cada vez entrevistais a peor gente.

-¿Te recuerdo el reportaje con Sanz de la semana pasada? Es más, no creo que sea muy matado cuando fue este mismo, Alejandro, el que nos lo recomendó.

-¿No sabes a quien tenemos que atosigar a preguntas?-dije sonriendo

-No, no se a quien tenemos que atosigar a preguntas.-respondió él guiñandome un ojo.

Mi verano iba a ser una mierda. Igual que todos. Mi padre siempre decía que le ayudara en el trabajo. Al principio gusta pero cuando ya tienes 10.000 fotos con Bisbal, Alboran o Malú cansa. A saber a que "tipo" de famoso íbamos a entrevista cuando ni siquiera teníamos que salir del pueblo.

Cogí unos shorts, una camiseta corta de color rojo y mis vans favoritas. Solté mi largo pelo rubio ceniza que llegaba hasta el final de mi espalda y me maquillé un poco pareciendo así mis ojos verdosos más grandes.

Colgué la nikon de mi padre en mi cuello y salí de mi casa dispuesta a montarme en el coche.

-¿Dónde vas, monada? Nuestro trabajo de hoy está a dos calles de aquí, no pretenderás que coja el coche, ¿no?-dijo mi padre mientras andaba hacia adelante. Pegué una carrera y lo alcancé.

Empezamos a hablar sobre temas absurdos cuando en menos de 5 minutos ya estabamos frente a una enorme y preciosa casa. Mi padre llamó a la puerta y un hombre que se presentó como Carlos nos dejó pasar.

Empezó a organizar el salón de la casa respecto a tema luces y sonido para realizar un reportaje lo mejor posible.

Me imvitaron a sentarme en una silla que se encontraba en la cocina cuando empecé a oír dos voces, que venían de la habitación de al lado, conversar animadamente:

-La tienes loca, eh.-decía un chico.

-Jesús, yo siempre consigo lo que quiero y más cuando se trata chicas y lo sabes. Ninguna nena se resiste a mis encantos.-le contestaba alguien con la voz bastante semejante mientras ambos reían.

A los instantes me dio una corazonada por la cuál supe que esos dos eran los entrevistados de hoy y que debería poner oreja y sacar la grabadora. Le di al botón rojo que indicaba que empezaba a grabar, pero no se escuchaba apenas, así que fui para la puerta de la habitación en dónde se encontraban los susodichos. Y disimuladamente comenzé a grabar:

-¿Le vas a pedir salir?-preguntó el tal Jesús.

-De momento sólo la quiero para liarme con ella.-lo dijo así tan pancho, me sorprendi.

-Dani, tío siempre igual, joder. ¿Podrías tratar a las chicas como se merecen al menos una vez en tu vida?-preguntó el otro chico, a lo cuál sonreí.

-Jesús, estate seguro, segurisimo que cuando llegue la indicada la trataré mejor que a nadie. Ahora solo quiero divertirme, y si María está buena, me voy a liar con ella, y punto.

-Si nuestras gemeliers se enteraran...-dijo el otro, ya con un tono de enfado.

Espera un momento, ¿gemeliers? ¿Esos no eran los que le gustaban a Isa, mi mejor amiga? ¿Los gemelos esos de la voz kids? Pues anda que... y parecían tontos.

-Pero no se van a enterar, ¿no? Pues yasta.

En esos momentos salieron por la puerta y se encontraron conmigo.

-¿Quién eres tú?- dijo uno de ellos, no los diferenciaba.

Me puse tan nerviosa que la grabadora se me calló al suelo y la vieron. El distinto del que me había hablado se agachó a recogerla y le dio a reproducir. Se escuchó lo siguiente:

De momento sólo la quiero para liarme con ella.

-¿Quién coño eres tú y que mierda haces grabando nuestas conversaciones?-dijo uno de ellos, muy cabreado, por lo que sospeché que era Dani, mientras le daba a borrar el audio.

-Soy Lucía, la hija de Juan Rodríguez, periodista. Y simplemente me ha parecido interesante y le he dado a grabar,  ¿algún problema?

-¿Algún problema? Que no te mato a hostias porque eres una tía.

-Dani tío, calmate, ya está borrado, ya da igual, dejemosla.-dijo Jesús.

Suspiré y me dirigí al salón lo suficiente despegada de ellos para no tener que mirarles a la cara, cuando llegué ya estaban sentados en el sofá y mi padre grabadora y libreta en mano.

Este último me miró y dijo:

-Saca la cámara, vamos a hacerle fotos a los hijos de mi mejor amigo del instituto.- dijo mirando a Carlos y riendo.

-¿Qué?-contesté preguntando.

-¡QUÉ COMIENCE EL REPORTAJE A GEMELIERS!-contestó mi padre entusiasmado, a lo que todos los presentes rieron, menos yo.

Prefiero Decírtelo Así. (Gemelier)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora