Capítulo 4

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Buenos Aires

Jueves, 26 de julio de 2007

Mi corazón sigue inmerso en un inacabable frenesí de confusión. No es la primera vez que conozco a una chica de aspecto algo poco común (más que nada por los tatuajes que lleva), pero Jazmín evoca sensaciones extrañas en mi interior: ¿Curiosidad o emoción, o quizás las dos a la vez?

Si apenas puedo respirar con tranquilidad al estar en el mismo ascensor con ella, a unos escasos centímetros, ¿cómo serán las próximas tres semanas de viaje por todo el país? En silencio veo que los números se iluminan al subir cada piso y las palabras siguen sin aflorar de entre mis labios. Apenas  me atrevo a mirarla de reojo sin que se dé cuenta. De pronto me sobresalto cuando sus ojos ruedan hasta recaer en los míos.

- Lo que te dije abajo era en serio: no muerdo. Así que podemos conversar, Flopi. - Exclama en un tono juguetón al mismo tiempo que el elevador se detiene en el penúltimo piso y salimos hacia el pasadizo.

- La mayor parte del tiempo soy muy habladora, solo que esta mañana ha sido un infierno...

Sus cejas se elevan y me examina con curiosidad o ¿quizás en forma de disculpa?

- ¿Tan mala ha sido mi llegada?

- No, no.... - me apresuro a aclarar - me refería a que mi día se pone de cabeza cuando la organización se rompe.

- ¿Solo por tener un retraso de una hora? Florencia no puedes andar por la vida queriendo ser perfeccionista. Además, ¿Dónde quedaría la emoción de las sorpresas y lo inesperado?

- ¿Sorpresas?

- ¡Claro! O acaso nuestro encuentro no te resultó entretenido al verme jugando con muñecas en el suelo.

Recuerdo la escena de hace unos minutos y mis labios se tiñen con una sonrisa.

- Ves ya hice que sonrieras. - grita y logra que el rubor suba por mi rostro.

- ¿Cuántos años tienes? - La pregunta sale de mi boca sin pensar.

- ¡Oye, a las mujeres no se les pregunta la edad! - Responde escandalizada y al instante sus finos labios vibran en una carcajada.

Sin obtener una respuesta clara entramos a la amplia suite que le reservé. Aún no sabía si ahora mismo le explicaría el circuito turístico que le tengo preparado o si preferiría descansar. Por lo que reduje mi andar, mientras su atención recaía en los muebles que decoraban el alrededor y se dirigió hasta el dormitorio.

- Acabo de cumplir 26 hace menos de un mes mas o menos. - El verde de sus ojos brilla contra la luz que se filtra por las cortinas del dormitorio.

Veo que se desata los cordones de las zapatillas y se deshace de ellas, antes de subir a la cama y dar saltos como si quisiera llegar a tocar el techo. Definitivamente, todavía creo estar en ese programa de cámara escondida que transmiten los fines de semana por la televisión.

La risa de Jazmin es un deleite, tiene la esencia de verdadera alegría, envuelta en el frenesí de dar brincos como un resorte por todo el terreno de la enorme cama. En el último salto flexiona las rodillas para dejarse caer muriendo de risa y de espaldas sobre el desordenado cubrecama.

- Flo...Florencia... deberías intentarlooo.... eeees lo mejor que existeee. - Murmura al intentar recuperar el aliento. - Después de viajar por diez horas, necesitaba algo de actividad física.

- Lo tendré en cuenta. - Respondo y me muerdo la lengua para evitar reírme de lo tonta que sería una imagen mía imitando esos saltos. - Aunque creo que ya estoy bastante "grande" para tratar de volar.

Déjame ser tu Julieta |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora