Capítulo 2

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-Luka –sonrió el señor Falcone.- Me alegra ver que estás listo.

Sonreí y me acerqué al hombre. Vestía con su traje negro impecable y camisa del mismo color. Su pañuelo oculto en el bolsillo de la americana junto con su corbata roja eran un icono imprescindible en nuestro apellido. En la mafia éramos mundialmente conocidos y el traje era cómo nuestro sello. Pero no sólo éramos famosos en la mafia, sino también fuera. Los Falcone llevaban en el negocio familiar desde el siglo XVIII, una gran empresa de vinos extraídos desde las más remotas y perdidas villas de la Toscana. No era ningún secreto que la gran empresa familiar siempre había sido un éxito, pero en realidad era la principal fuente de blanqueo de capitales. La mafia era nuestro primordial factor de ingresos. Nuestro clan había perdurado fácilmente, porque durante cientos de años, los Falcone tenían hijos para entrenarlos y hacer que así perdurara el apellido en la mafia durante muchos años más. Y ni mis hermanos ni yo éramos la excepción. Normalmente era el primogénito el que ascendía directamente al título de Don. Pero yo era el tercer hijo, y en cambio, era a mí a quién nombrarán cuando muera el señor Falcone. En la mafia, el Don es la persona que rige en el clan. La más importante. Don Falcone, para todo aquel que no sea de su familia, era de los más buscados y peligrosos, y yo, como ya he dicho antes, seré su sucesor.

En silencio, el refinado hombre apretó mi hombro con fuerza cómo si quisiera transmitirme su afecto de aquella forma. Miró a nuestro alrededor y asintió levemente en forma de saludo hacía Allegra, que aún estaba sentada en el mismo lugar de antes.

Camelia se acercó a nosotros cuando nos vio y besó inocentemente a su marido en los labios. Y cómo si fueran dos niños, ambos se sonrojaron y abrazaron. Se dedicaron unas rápidas palabras y entre risas, se desearon un feliz día.

El señor Falcone siempre había sido un vil asesino, excepto cuando estaba rodeado de su familia. Abrió la puerta principal y se alejó de la mansión junto a mí, directo a uno de sus vehículos personales.

El coche preferido del señor Falcone siempre había sido el más cómodo de los que había subido. La tapicería de cuero blanca siempre estaba impecable, cómo sus cristales.

-Hijo, sé que es duro afrontarlo al principio. Sobre todo cuando todo el peso recae sobre ti.

Me recosté de mala gana sobre el cristal. Saber que había pasado una noche con un Di Carlo no era la mejor forma de iniciarme al clan. El señor Falcone era extremadamente quisquilloso con lo que hacíamos sus hijos o con quién hablábamos, y no le gustaba nada que me fuera por las noches con chicas y volviera por las mañanas sin ellas, mucho menos si se enterara de que había sido un Di Carlo.

Esperó unos segundos más a mi respuesta, pero cuando vio que no me expresaba prosiguió.

-Pero eres un Falcone. La sangre que recorre por tus venas tiene más valor que la de cualquier vulgar que conozcas. ¿Qué es lo que envidias de las otras personas hijo?

Me removí en mi asiento. No era envidia. Yo no era un resentido respecto a mi vida y odiaba a las personas que lo eran. Pero quería tener una vida normal y tranquila como las suyas.

-¿Por qué ellos pueden pensar en la carrera que tendrán o en la próxima fiesta que harán y yo tengo que pensar en matar?

-Porque sus vidas carecen de importancia a diferencia de la tuya.

Lo miré por el rabillo del ojo para ver su reacción y vi que apretaba la mandíbula. Sonreí para mis adentros. El señor Falcone siempre fue una persona muy paciente, algo que no compartimos, y ver cómo de vez en cuando un ápice de su rostro contenía irritabilidad o desespero, me hacía carcajear.

La sastrería era una lujosa tienda de las calles más concurridas de la ciudad. Desde el escaparate se podían apreciar trajes de muchos colores y distintas texturas. El señor Falcone me tendió la mano señalándome la puerta de la tienda, para que yo tuviera la iniciativa de entrar. Y así lo hice. Abrí la puerta, que sonó con un contoneo de campana y me encaminé decidido al mostrador, dónde un hombre de avanzada edad permanecía sentado.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2018 ⏰

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Los Falcone (Luka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora