No es necesario que escriba tu nombre para que te des cuenta que este verso es dedicado a ti, sin embargo, amor mío, es importante que sepas lo que has causado en mi, has hecho de mi invierno, primavera, de mis lágrimas sonrisas y de mis miedos, anhelos.
Pero no puedo omitir tampoco, que así como has sanado mis heridas, también has trazado el camino de nuevas decepciones, de noches melancólicas y de suspiros de tristeza, no quiero decir con esto que te dejaré de amar, pero me duele, me duele la idea de que este sueño terminé, de que las ilusiones y esperanzas de un amor que va floreciendo se destruyan de inmediato en un incendio de amargos engaños, de noches de soledad, de momentos de tristeza y de inseguridad, que nuestro amor se pierda en un bosque inmenso de melancolía y desesperación.
Tengo miedo a despertar de esta fantasía, que al abrir los ojos no estés a mi lado, de que tu ausencia represente mi mayor derrota y que mi alma se rompa en miles de recuerdos que inunden mi conciencia por las noches, las noches que ya no pasarás a mi lado, aquellas en las que la soledad es mi mejor compañía y la melancolía sea la melodía que mejor represente lo que siento.
Sin embargo, a pesar de que el miedo me tiene presa de su encanto, quiero arriesgarme a despertar y darme cuenta que nuestro amor es verdadero, de que no te irás de mi lado, de que el encanto que un día nos envolvió sigue siendo el mismo de aquel día en que nos conocimos.