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Capítulo final

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-¿Hongbin?

-¡¿Ahora qué, Woori?! –Masculló molesto, dando, inconscientemente, una pataleta en el piso, haciendo puños con ambas manos y recargándose de codos en su escritorio, ladeando el rostro hacia la puerta para mirarla con irritación.

-Los reportes para el mes de enero, ya están listos. –Aclaró con severidad, arqueando una ceja. -¿Estás bien?

-Estoy bien, ya vete. –Suspiró pesado, frunciendo el ceño mientras se quitaba los lentes.

-... Seguro. –No le creyó, porque a pesar de que el clima en la oficina estaba cálido, por el terrible invierno, la frente de Hongbin se vestía con una sutil capa de sudor. –Como sea, ¿le digo a los redactores que envíen una copia o...?

-Déjalo así. –Pasó saliva, apretando los dedos de los pies mientras tomaba un respiro hondo. –En un momento me encargo.

-¿Estás seguro que...?

-WOORI, YA... Vete. –Apretó la boca al instante, viéndola de nuevo, sintiendo que todo él podía temblar. –Largo.

-Tómate una pastilla, Hongbin. –Frunció el ceño, entre molesta y ofendida, retirándose del espacio aunque no cerró la puerta de golpe, como usualmente él lo hacía, sino que trató con delicadeza la madera.

-Maldita sea... Hyuk~. –Y soltó un gemido, llevando la izquierda hacia abajo, acariciándole el cabello al menor, quien no detuvo su boca a pesar de que la chica había alarmado con acercarse.

Era la primera vez que se habían atrevido a tener relaciones en el trabajo, y aquello había sido una insistencia por parte del menor cuando logró que, después de meses, Hongbin le dijera qué tipo de fantasía o fetiche tenía, algo "nada extraordinario", tan solo algo que les pasaba a muchas personas por la cabeza: sexo con un compañero del trabajo, en la oficina. Y obviamente se postuló como el candidato ideal, por eso se había metido debajo del escritorio del mayor, a escondidas en un ángulo que nadie pudiera ver, si es que llegaba alguien, y le brindaba sexo oral con un ímpetu extraordinario.

La carga de adrenalina había sido mucha para ambos, claramente estando conscientes de la enorme cantidad de riesgos que corrían por haber practicado tal acto en la oficina. Y de cualquier modo el menor le volvió a dar sexo oral al paso de dos semanas, tan solo para molestarlo, tan solo porque le gustaba escuchar cómo mascullaba tratando de reprimirse los gemidos.

-¿Harás algo en especial para año nuevo? –Preguntó mientras le daba un sorbo pequeño a su café, disfrutando de la calidez de la bebida.

-Quedarme en casa de mis padres, ¿por?

-Oh... Solo era curiosidad. –Sonrió brevemente.

-¿Tú harás algo? ¿Irás a visitar a tu madre?

-No, lo pasaré en casa con mi tía. –Asintió un momento, mordiéndose parte del labio inferior.

-... ¿A dónde te gustaría ir?

-¿Mande? –Preguntó algo confundido, mirando a Hongbin quien le otorgaba una mirada diferente a la usual y, en su boca, se dibujaba una sonrisa probablemente maliciosa.

-Podemos tomarnos un pequeño descanso si eso quieres, de cualquier modo mañana no tenemos que ir al trabajo, así que dime a dónde te gustaría ir.

-... No lo sé, no he pensado en ello.

Sanghyuk casi brincó en su lugar cuando Taekwoon regresó y tomó asiento a su lado, trató de disimularlo llevándose nuevamente el café a la boca e ignoró a ambos mayores por un segundo, tan solo observando a Minyul quien se apuraba a terminar su rebanada de pastel de chocolate con frambuesas y queso crema.

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