Deja llamarlo destino {Justin Bieber & tú}

Al diablo, me voy de fiesta {Capítulo 8}

_21:30.

Brad: Bien, -decía recogiendo su bolso- ya es hora…

Tu: Okay, por favor cuídate.

Brad: Sí, tranquila…

Tu: -Besaste su mejilla- Te quiero.

Brad: Igual yo –sonrió, saliendo- No le abras a nadie –rió.

Tu: No tengo 4 años.

Brad: Lo sé –te miró.

Tu: -Lo miraste sonriendo sarcásticamente.

Brad: -subió su bolso al auto y luego se acercó a ti, con las manos en los bolsillos- Okay, ¿Llamarás a alguien?

Tu: Sí, veré si Megan está libre…

Brad: ¿Por qué?

Tu: Porque su tía se iba a casar, pero no sé cuando… así que…

Brad: Okay, pero llama a alguien, no quiero que estés sola.

Tu: Lo haré.

Brad: Aunque ya sabes, podrías llamar a… -Movía sus cejas- y… –Volvía a mover sus cejas.

Tu: -Lo golpeaste- Cállate… idiota

Brad: -rió y te dio un abrazo- Cuídate, tonta.

Tu: Lo haré.

Brad tomó su auto y se fue. Cerré la puerta principal y caminé hasta el living, tomé mi celular y marqué a Megan.

-Hola, hablas con Meg, ahora no me encuentro… pero apenas esté de vuelta con mi celular te marcaré de inmediato, bye.

Dejaste tu celular, pensaste en quién podrías llamar y no se te ocurrió alguien más que Justin.

-¿Hola?

-Hola, pervertido –soltaste una risita.

-¿Cómo estás preciosa?

-Bien, eh… Quería preguntarte algo…

-Claro, lo que quieras… ¿Qué pasa?

-Sucede que… ¿recuerdas que Brad dijo que no pasaría la noche aquí hoy?

-Ajá…

-Bueno, llamé a Megan, mi amiga… y… no contestó, creo que tenía una boda o algo así –Soltaste una risa- entonces…

-¿Quieres que me quede en tu casa?

-Sí… porque el tipo de ayer, me dio algo de miedo y… ya sabes.

-Sí, claro pero…

-¿No puedes? O… no quieres… porque si no quieres está bien, yo entenderé…

-No, no… es sólo que…

Por la línea telefónica de Justin se escuchó la voz de una chica.

<<Vamos Jus, suelta el teléfono… ya estamos por salir>>

-Okay, mira… -Fingiste una risita- no importa…

-Es que…

-Colgaste.

Tiraste tu celular al sofá.

Tu: ¡Dios, como soy tan estúpida! –Te acomodabas el cabello- Argh… ¡Idiota! –te decías a ti misma.

Después de ver televisión y calmarte un poco, decidiste llamar a Kate.