Mi nombre es Amanda Black, tengo 25 años, soy soltera y por el momento estoy bien asi, ya que no tengo ningún compromiso y me puedo divertir. Soy hija de Benjamín Black, un multimillonario, dueño de una empresa privada en Los Ángeles. Bueno aunque m...
Estaba nerviosa y emocionada, hoy era el día que me dirían si el hijo que estoy esperando es niño o niña. Aunque creo que Johnny estaba más nervioso que yo todavía, ya que no dejaba de caminar de un lado a otro.
-Johnny- hablé- tranquilo, parece que tu vas a ser quien espere al bebé- me reí.
-No puedo evitarlo estoy muy emocionado- dijo muy rápido.
-Si ya lo noté... pero tranquilo que me pones más nerviosa.
-Es solo que... nunca había imaginado que iba a ser padre.
-Bueno pues yo tampoco creía que sería madre.
Esperamos unos minutos más y nos llamaron. Me pidieron que me recostara en una cama que había ahí y que me descubriera en el área del vientre. Me pusieron un líquido frío y con una máquina comenzó el doctor a moverla por todo mi vientre. La emoción era cada vez más grande.
-¿Y bien? ¿Qué es doctor? -preguntó Johnny.
-Felicitaciones, van a ser padres de una hermosa niña.
Mis lagrimas no tardaron en salir al escuchar eso.
-Disculpen un momento, ahora vuelvo
-Adelante -dijo Johnny-. Gracias mi amor -se acercó y me besó.
-¿Por qué?
-Por darme la felicidad de ser padre. Te amo.
-Yo también...
-Aqui tienen- dijo entrando el doctor y nos dio una fotografía- Para que la conserven, los espero en la próxima cita. Amanda, debes cuidarte ya que eres madre primeriza.
-Pero... ¿Mi bebé está bien?
-Si, está sana pero tu de ahora en adelante, no debes hacer tantos esfuerzos, para que el embarazo se lleve adecuadamente y no haya riesgo alguno. Te daré una lista de alimenros que ayudarán a que el bebé se fortalezca y se desarrolle sanamente.
-Muchas gracias doctor -dije.
Al salir del consultorio, Johnny no me soltaba la mano ni un momento. Estaba felíz y yo también.
-Te tengo una sorpresa -dijo manejando.
-¿Ah si? ¿qué es? -pregunté curiosa
-Por eso se llama sorpresa, vas a tener que esperar -sonrió.
-Bueno, está bien -contesté-. Al menos dame una pista.
-No lograrás convencerme Amanda... es más, ten, ponte esto en los ojos, será mejor que no veas nada. Asi no se arruinará la sorpresa -acepté.
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Estacionó el carro y salió para después abrir mi puerta y ayudarme a bajar.
-Johnny, ¿Ya me puedo quitar la venda? -pregunté
-Aún no amor, ven, camina unos cuantos pasos más.
-Bien- caminamos pero luego él me detuvo y comenzó a quitarme la venda de los ojos.
Al quitarla completamente, vi en frente de nosotros una casa. ¡Por dios era hermosa!
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-¿Te gusta? -preguntó John atrás de mi.
-Claro...
-Pues bienvenida a su casa, señora Depp- dijo dándome la llave de la casa.
-¿La compraste...? Johnny esto es, demasiado.
-La compré para nosotros, ahora que vamos a tener una hija, quiero darles lo mejor. Aqui viviremos después de casarnos.
-No sé que decir...
-Sólo di una cosa, ¿Te gusta?
-Me encanta- dije abrazándolo -Gracias, por todo.
-No hay nada de que agradecer, lo hago porque te amo y tu y mi hija ahora son lo más importante que tengo en la vida.
-De verdad, me has dado tanto que no sé que hacerte yo a ti, casi no te doy nada.
-Eso no es verdad, tu me diste la felicidad más grande del mundo hace 4 meses, cuando supe que iba a ser papá y cuando aceptaste casarte conmigo también. ¿Quieres entrar a conocer la casa?
-Si -dije emocionada.
Johnny me dio un recorrido por toda la casa, me mostró la habitación que será de nuestra futura hija, la que será nuestra, la sala de estar, la cocina y hasta una pequeña alberca que tiene.
-Compraste la casa aqui porque, ¿querías privacidad?
-Bueno, sé que aqui no pasa mucha gente y si, quiero estar lejos de todo y de todos.
-Pero ¿y tú trabajo?
-Manejaré hasta el, no hay problema.
Seguí observando todo a mi alrededor, no podía creerlo, estaba como en un sueño. Un sueño del que no quería despertar nunca.
-¿Qué piensas? -pregintó mirándome
-Que eres perfecto Johnny... te amo mucho sabes... nunca pensé que al conocerte iba a terminar asi, comprometidos y con una hija en camino.
-Yo tampoco lo creía aunque si te soy honesto, desde que te vi, sabía que no tenía que dejarte ir.
-¿Enserio?
-Así es...
-¿Y por eso me forzaste a vivir contigo? -reí
-Algo así -sonrió- No sabía cómo acercarme a ti y eso fue lo mejor que se me ocurrió.
-Bueno no es la idea más brillante pero no me puedo quejar.
