Es un círculo vicioso.
Durante el día no tienes energía. Hasta levantarte de la cama es un gran esfuerzo, parece que no consigues completar nada; pero de noche no logras dormirte, así que te quedas ahí despierto preocupandote por lo que no hiciste.
Es tener una voz que te grita "¡Levántate! ¡Haz algo! ¡Sino fallarás en todo!"
Y otra diciendo que no importa, que debes quedarte en tu cama.
Es estar estresado por todo y no tener la energía para hacer algo al respecto. Uno necesita un espacio seguro y el otro es cuando ese espacio es invadido, interrumpido, alterado de alguna manera que hace que este espacio ya no sea seguro.
Es querer siempre estar dormido pero saber que no logras nada al hacerlo. Así que vives tu vida estando medio dormido, medio consiente, es como si estuvieses presente pero a la vez no.
Uno es esa sensación que te da cuando casi te caes mientras te balanceas en tu silla constantemente
Y el otro es una sensación abrumadora de pavor que te ahoga hasta el punto donde sientes que no te puedes ni mover sobre pensar en una gran parte de todo esto.
Es como si no tuvieses control sobre tu mente y esta tiene vida propia.
Uno te hace tener la sensación constante de que todos te van a dejar
Y el otro es no tener motivación suficiente para evitarlo que solo te lleva a alejarte de todos para no salir herido o herida.
Es obligar a las personas a que te dejen antes de que puedan hacerlo por voluntad propia.
Es no querer ser una molestia para nadie, así que prefieres estar solo, física y mentalmente solo.
Es no querer molestar a nadie con tus estúpidos problemas egoístas así que te desahogas con nadie, solo te ahogas en tu propio sufrimiento
Porque ¿quién eres tú para molestar a alguien? "¡No seas egocéntrico! ¡No seas un idiota! ¡Soportalo!" eso es lo que dices mientras que estas por colapsar pero aún así estas ahí parado, sonriendo, rodeado de tus amigos que no se dan cuenta.
Con un nudo en la garganta y un dolor en el pecho. Sonríe... Solo sonríe.
