Capítulo 1

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Harry jadeaba de cansancio y no había movido ni un músculo. Sudor frío recorría su cuerpo, el corazón le latía acelerado dentro de su pecho y su mente, sólo pedía un respiro. La privacidad de él, Harry Potter, estaba siendo violada y corrompida por aquel maestro que parecía odiar hasta su nombre. Sus recuerdos, vivencias y pensamientos eran expuestos cual ropa limpia en tendedero, sin olvidar ni un paño y el sólo imaginar que todo, hasta lo más absurdo y soso, sería descubierto y sabido por nada más y nada menos que Severus, lo mareaba. Harry ya no podía más. Sabía que tarde o temprano todos lo descubrirían, pero no quería que fuese tan pronto. El joven, miró a su alrededor y notó el aire más pesado, el cuarto de pociones más pequeño. ¿Cuánto llevaba  encerrado en las mazmorras junto al profesor Snape?. No lo recordaba, pero bajo su percepción, había sido una eternidad. 

—Eres como tu padre.—Le dijo el maestro de pociones a Harry, con su característica voz ronca y carraspeada llena de disgusto— Débil...

—¡No hable así de mi padre!—Exclamó Potter interrumpiéndolo con cólera. Tragó saliva con dificultad y continuó aferrado con ambas manos a los brazos de la silla:— Él era un gran hombre.

— ¡Tu padre era un cerdo!

Severus clavó su mirada en los ojos de Harry y sin dar previo aviso o sentir compasión,  se adentró nuevamente en la mente de su estudiante; mediante un movimiento de muñeca y un "¡Legeremens!". Fue así que un primer recuerdo lo asaltó. Logró reconocer lo que parecía ser el salón de clases. Estaba sentado junto a la chica impulsiva y sabelotodo, amiga de Potter; luego un ruido ensordecedor llenó el salón. Era el soso y predecible Weasley, fallando como siempre, algún encantamiento básico. Todos reían. Luego otro recuerdo apareció: Un Harry Potter junto a Lupín en una de las habitaciones del cuartel de la Orden del Fenix. Harry Jadeaba, se retorcía y gemía suavemente de pie, mientras el ex-maestro contra las artes oscuras, buscaba exasperado entre los cajones de su escritorio lo que parecía ser unas pastillas.

<<—Tómalo, Harry—Le dijo Lupín entregándole un vaso de agua y la medicina—Te hará sentir bien.

  — Esto apesta — Respondía el joven hechicero y recibía la pastilla, para luego tragarla.

  — Te entiendo, Harry —Le decía Lupín con una sonrisa chueca—pero hay cosas peores, como por ejemplo, ser licántropo y omega como yo...>> 

Ese recuerdo de Potter se detenía allí. Severus  no podía creer lo que había visto y oído. Jamás se le hubiera cruzado por la cabeza que el hijo de su amiga Lily y el arrogante de James Potter, fuese un omega; después de todo, James pertenecía a una alta clase de Alfas y todos daban por hecho que Harry también lo sería, dada su personalidad y carácter. El profesor de pociones quiso saber más, permanecer aún más en ese recuerdo y comprobar si sus sentidos no lo habían engañado, pero otra memoria se sobre posicionó a esta y los recurrentes padres del joven se hicieron presentes ante los ojos del profesor. Eran un James y Lily Potter danzantes bajo una lluvia de hojas otoñales, antes de lo ocurrido con el Señor Tenebroso. Snape no tardó en salir de la cabeza de Harry al tan sólo ver a Lily. La nostalgia lo invadía y aunque quería permanecer un momento más apreciando su sonriente rostro de mujer adulta, no se permitiría que el hijo de su mejor amiga lo viese tan íntimamente.

 —Qué ridículos, patéticos y melancólicos sentimientos.— Se burló Snape.

  — ¡Basta, eso es privado!

Harry levantó su cuerpo de la silla y caminó hacía la única salida del cuarto. Snape lo sabía todo. Sabía que era un Omega.

—Me largo, Profesor.

 — ¿Sentimental, Potter? — le preguntó  Severus con un deje arrogante— Quién diría que el mismísimo Harry Potter sería un omega...

El joven mago se detuvo a punto de sujetar el pomo. Furioso, empuñó ambas manos y sus nudillos se tornaron blancos. No lo podía creer. La última persona con la  cual hablaría de su secreto, ahora lo sabía y podía hacer uso de él a su antojo.

— El Señor Tenebroso no descansa. Eres flojo, orgulloso y un debilucho...omega—La última palabra estaba cargada de aversión—Todo lo que esta ahí en tu cabeza, él lo usará en tu contra y si sigues así, no habrá cómo detenerlo. Mírate, Potter. Eres un versión aún más lamentable que la de tu padre...— Continuó diciendo Severus, entretanto caminaba en dirección a Harry para sujetarle fuertemente del brazo, llevarlo a rastras y lanzarlo contra la silla en la cual estaba sentado momentos atrás.

Harry se azotó fuertemente a tal punto de casi caer y tanto profesor como estudiante, se miraron  con un resentimiento notorio. Snape sujetó fuertemente su varita y la extendió hacía el rostro de Potter. Sus labios se abrieron y pronunció el hechizo, pero Harry fue más rápido y sacando la varita del bolsillo de su chaqueta, vociferó colérico el contra hechizo.

  — ¡Protego! 

El joven hechicero sorprendido de su positivo resultado, logró ingresar sin problema a la mente del profesor de pociones. Ahora veía lo que parecía ser un joven Snape cargando sus libros en compañía de una chiquilla de su edad, mientras se burlaban a sus espaldas y señalaban. Luego a un Severus colgado se cabeza gracias a un hechizo, dejando caer sus libros al suelo e impotente; mientras que el culpable, su padre James Potter, alzaba su varita victorioso y reía junto a Sirius Black. 

<<—¿Qué harás Snivellus?— preguntaba James burlón— Eres un alfa llorón y patético.>>

  — Detente ahora, Potter— Le ordenó Severus a un Harry atónito. El Joven abandonó la mente de Snape sorprendido. No podía dar crédito a  lo que acababa de ver. No podía creer que ese fuese su padre. Su padre atormentando a un joven e impotente Snape. 

El maestro mareado, apoyó su cuerpo en el escritorio y frotó su rostro. Esto debía acabar aquí.

— ¡Vete de aquí ahora mismo!— Vociferó el maestro de pociones con un movimiento brusco de manos. Su túnica se sacudió y sin poder controlarse, caminó en dirección a Potter para sujetarlo del cuello de su camiseta, con un rostro tenso y rojo de cólera— ¡AHORA!

Harry se levantó de la silla aún sin poder creer lo que había visto. Salió raudo del cuarto de pociones y abandonó las mazmorras con dirección a su habitación. Mientras caminaba sin siquiera mirar por donde iba, sentía como la decepción se apoderaba de su mente. Tal vez todo lo que decía Snape era cierto, tal vez su padre no era como él creía.

¿Cómo era posible que su padre fuese el abusador del lújubre alfa y profesor, Severus Snape?

Continuará...

                                                                                        ***















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Harry Potter & El Secreto [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora