Una historia más

Días felices

Empezaremos desde el principio

Mi nombre es Ana y esta es mi historia como muchas otras personas tengo una vida normal: Voy al instituto, tengo una familia grande, un novio, una grupo de amigos. En fin nunca estoy sola pero mentalmente siempre me siento sola y vacía ¿Donde, como y cuando empezó todo ésto? Pues les contaré...

-------------
Me despierto como todos los días a las 7:00 am realizó mi rutina diaria para ir al colegio y dejó que mi abuela me haga una cola de caballo, me lleva al colegio y me despido de ella con un beso.

Al entrar me encuentro con mis amigas sentadas en el suelo como siempre:

–Buenos días chicas- dijo mientras las saludo con la mano a todas.

–¡Ana!– Grita Dana mientras se levanta y se coloca a mi lado– justamente estábamos hablando de ti

–¿Ah sí?– pregunté sorprendida

–Si, estábamos hablando de lo perfecta que te podrías ver con unos kilos menos–dice mientras sonríe.

–Ah– dijo mientras me río–Que va chicas yo me siento bien así, no tengo necesidad de adelgazar– En ese preciso momento suena el timbre y vamos a clases, luego de las 3 horas de matemáticas más largas de toda mi vida salimos al patio. Estamos en nuestro lugar de siempre donde tenemos la vista perfecta de Alexander era el típico chico alto, rubio, popular y mayor del colegio; todas la chicas suspiraban por él (incluyéndome).

Me levanto un momento para tirar la basura de mi almuerzo y me tropiezo con Alexander – lo siento muchísimo, no vi por dónde iba– dice apenado mientras pasa su mano por si cabello.
–No te preocupes no ha pasado nada– digo tratando de parece casual
–Dejame ayudarte con la bandeja–dice mientras toma la bandeja y la vacía en el contenedor– No tenías que haberte molestado– digo con una pequeña sonrisa mientras me doy media vuelta el me toma por el hombro– tú eres Ana ¿Verdad?– dijo mientras sonreía
–Si– respondí sorprendida, ya qué ¿Quién se podría imaginar que él sabía mi nombre?
–Pues mucho gusto Ana; mi nombre es Alexander pero todo me dicen Alex–dijo mientras tendía mano hacia mi
–Un placer Alex– le estreche la mano y me dirigí a la mesa con mis amigas– disculpen la tardanza– dije mientras me volvía a sentar.
El día corrió rápido y sin darme cuenta ya estaba en casa. En plena noche justo antes de irme a dormir me llega un mensaje de texto:
–Espero que duermas bien está noche fue un placer conocerte– el mensaje era de Alex pero lo que yo me preguntaba era ¿Cómo carajos tiene mi número telefónico?

Los días fueron pasando poco a poco empecé a hablar más y más con Alexander hasta llegar al punto en que el me dijo que yo le gustaba que quería que yo fuese su novia, yo acepté ya que la verdad él me gustaban mucho desde hace tiempo; nos sentábamos juntos a almorzar y nos dábamos algunos besos a escondidas y todo realmente parecía que iba de maravilla hasta que un día...

Llego tarde al colegio lo cual no es muy normal y el portero me envía a la oficina del director para firmar un retraso mientras subo las escaleras oigo un sonido extraño que proviene de un salón de clases que no se utilizaba hace mucho tiempo y como soy curiosa abro un poco la puerta y para mí sorpresa veo a mi prima y a Alexander besándose apasionadamente.