• บทที่สอง •

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28/09/17

13:46

La coreógrafa, Haneul, nos dio permiso para que descansásemos, yo lo agradecí dirigiéndome a mí bolsa y sacando de esta la botella de agua, bebí de su contenido casi en un lamento, sintiendo como mi garganta lograba saciarse al fin. Habíamos trabajado muy duro últimamente, de hecho, prácticamente no salíamos del estudio. Por lo que estos pocos minutos de descanso sabían a gloria.

El grupo estaba dando lo máximo, y todos nos esforzábamos para el retorno a los escenarios. Habían pasado prácticamente dos años, y aunque llevase una década de mi vida formando parte de Super Junior, jamás estaría lo suficientemente acostumbrado a volver a subirme a un escenario y cantar, expresarme delante de tanta gente. Siempre residía ese temor en mí, el miedo a hacerlo mal y a decepcionar a la gente que más me ama. Y sé que sonaba ridículo, todo el mundo podía equivocarse, pero yo no soportaba ser juzgado. Quizá por ello llevaba tan mal ser Yesung en vez de Jongwoon, el joven adolescente y desenfadado que fui alguna vez. Ahora sin darme cuenta, tenía treinta y tres años y la vida había transcurrido como si fuera una película. Y sí, había conseguido tantos logros, no obstante, ¿Se podía saber por qué me sentía de esta forma? Tan asquerosamente vacío.

—Yesung, ¿qué haces mirado el suelo tan concentrado? ¿Viste el futuro?— se burló Shindong, yo esbocé una sonrisa en respuesta, aunque no me hubiera hecho especial gracia su comentario, pero lo prefería a que se percataran del verdadero estado de humor que acarreaba.

—No, estará buscando su carisma, lo perdió el día que nació y desde aquel día ha estado en busca y captura. ¿Verdad, Yesung?— inquirió Hyukjae desde el otro lado de la sala, donde se encontraba con Donghae y Leeteuk, los cuales se rieron a costa de su comentario.

—Ja.ja. muy divertido— farfullé, sin embargo, no pude evitar reírme con ellos, no por nada en especifico, pero me gustaba reírme, sentía que me desestresaba, a pesar de que se estuvieran riendo de mí. De todas formas, en esta industria había aprendido que el orgullo no valía nada si tu intención era triunfar—. Imbécil.

—Imbécil— mi imitó Hyukjae, componiendo una mueca fea y agravando su voz varios tonos.

—Ya te gustaría que hablara así.

—Yi ti gistaría qui hiblira isí— dijo con el mismo tono, a lo que Heechul soltó una carcajada mientras que comparecía a mi lado, rodeándome los hombros

—Dios, realmente creo que fuisteis en otra vida pareja o algo, congeniáis demasiado bien.

—¡Debes haber perdido la cabeza!— exclamé incrédulo, o más bien, exclamamos Hyukjae y yo incrédulos. Ante semejante coincidencia, Hyukjae y yo nos miramos desconcertados, y el resto de presentes estallaron en risas, incluida la coreógrafa—. ¡Callad, no hace gracia!— espetamos, para nuestras sorpresa, nuevamente a la vez.

—Sois tan monos juntos.

—Ni loco— inquirió Hyukjae, viéndose profundamente ofendido—. ¿Quién querría ser amigo de esta cosa fea? Míralo, es tan feo.

—Tú ni siquiera tienes derecho a cuestionar el físico de nadie, por algo eres el menos agraciado del grupo.

—Yesung hyung.

—¿Qué, imbécil?

—Que eres feo.

—¡Ah, en serio, ven aquí, joder!

Ese mismo día.

18:03

Había terminado el ensayo, me encontraba cerrando mi neceser, listo para dejar la sala una vez que había terminando de ducharme. Me coloqué la chaqueta, consciente del frío que hacía, pero antes de salir me topé con Hyukjae aguardando por alguien fuera del estudio. Fruncí el ceño desconcertado, de todas formas tenía pensado pasar de largo y no entrometerme en cuáles eran las razones que lo instaban a seguir ahí, pero me sorprendí de sobremanera al oírlo gritar mi nombre.

—Yesung hyung.

—¿Qué quieres?— pregunté, sin cesar los pasos, en cambio él se apresuró en seguir mi ritmo.

—Nada...Bueno, solo quería que supieras que por muy mierda que sean las cosas, luego siempre hay una razón por la que sonreír— sus palabras me hicieron parar en seco y voltearme a verlo. Exigiendo una explicación, ya que no sabía a qué venía aquello.

—¿Por qué lo dices?— Hyukjae agachó la cabeza, encogiéndose de hombros en el proceso.

—Porque te veías triste está mañana. Y no quiero que estés triste. Es decir, a veces la vida parece ser una mierda, pero siempre encontramos una razón para sonreír.

Pensé en sus palabras. Y sí, tenía razón, la música me hacía feliz, mis padres me hacían feliz, y en especial, mi hermano Jongjin también me hacía feliz. Así que por mucho que estar aquí, interpretando el papel de Yesung, pareciera poder conmigo, después siempre iba a haber alguien o algo que me sostuviera para sonreír.

—Gracias— le sonreí a Hyukjae, siendo consciente de que está vez él había sido el causante de mi buen estado de ánimo.

Hyung, no me entiendes | Yehyuk; Super Junior ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora