5. Rencores.

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Tenía tanto sueño cuando llegué a casa.

Intentando obedecer a mamá, hice que mi estadía en el bosque fuera lo más corta posible. Que les den al gato sonriente y a mi atún robado. Quería obedecer a mamá y me salía todo lo contrario, no me jodas.

Se suponía que todo debería comenzar a salir bien shidori, pero en cuanto llegué a casa no fue así.

No me malinterpreten, nada estaba destruido (aún, si no era lo suficientemente torpe) o algo así. Era que no sabía qué hacer ahora.

¿Debía leer el periódico o algo? ¿Barrer? ¿Limpiar? ¿Regar las plantas del jardín? ¿Acomodar la habitación de todos? ¿Qué hago con las hojas que entraban por la ventana? ¿Qué hago con la ventana abierta?

¿Qué hago con el asesino negro de dos metros que estaba en el sitio donde estaban todos los documentos de la casa y nuestras partidas de nacimiento?

¡No todo debe ser tan complicado en esta vida!

Me alejé lentamente del marco de la puerta y me apoyé en la pared sin hacer ruido. Por un momento quise llamar a mamá, ella sacaría el sartén, papá su escopeta (guardada especialmente para "mis pretendientes" y para asesinos de dos metros), y Josh sacaría, yo que sé, su espada samurái que emitía lucesitas cada vez que era agitada.

Pero me dí cuenta del hecho:

ESTABA MÁS QUE SOLA CON UN JODIDO ASESINO DE DOS METROS.

CORRE PERRA, CORREEEEE.

Bajé rápida y sigilosamente por las escaleras recorriendo toda la casa buscando un arma de salvación, pero la caja de la escopeta estaba vacía, en los cajones no estaba el sartén y ¡hasta el puto de Josh se había llevado su espada samurái de lucesitas!

¡Por eso su maleta pesaba tanto!

Corrí de un lado a otro asustada por la cocina, y paré al oír que cosas se caían estrepitosamente causando mucho ruido en la sala.Asomé un poco la cabeza por la puerta de la cocina que daba a la sala y no había nadie así queme oculté lentamente y cerré la puerta detrás.

Me cago en Satanás y sus asesinos de dos metros hechos para joderme.

Otras cosas se volvieron a caer causando ruido. No tenía ganas de decir la típica pregunta de "¿Hay alguien allí?" porque no me va a contestar "HUM ZHÍ, EZTHOY AKI ESKONDIDHO DETRAZ DEL ZOFÁ. ZOLO KIERO AZUZTARTE". Insertando una voz retard mientras lo dice.

Duh.

Y entonces allí se oyó un jarrón rompiéndose. Así que volví a asomar por la puerta con un cuchillo.

De mantequilla.

Oh. Dios debería estar riéndose de mí. Mi vida era toda una telenovela.

Una cosa comenzó a moverse rápidamente a través de la oscuridad de la sala, llevándose todo lo que estaba a su paso.

Era como una sombra, solo contrastada por la máscara azul que llevaba en el rostro.

¿Pero qué mier...?

Luché por mantener la puerta cerrada, la cosa esa era demasiado fuerte para ser verdad. ¿Qué estaba chorreando de sus ojos?

Puse una silla en el marco de la puerta y me alejé, buscando alternativas rápidamente. Pero en cuanto vi a esa cosa de máscara azul atravesar la pared, todo se fue a la puta.

Incluso yo, que intentando obedecer a mamá, hice todo lo contrario; haciendo desastres en la cocina, abriendo la ventana como último recurso y huyendo lejos de la casa.

Daughter » Slenderman ⓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora