Cap 2

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Durante el verano el pueblo se llenaba de forasteros, viejos conocidos y algún loco amante de la montaña. Como sacado de un cuento en el que todos son felices y comen perdices.

Manuela me contaba de todo, pero jamás me hablo de la familia Lasso, aquellos individuos tenían una gran casa en el centro del pueblo, bueno ahí solo vivía el viejo Buenaventura Lasso, el resto de la familia venia de vez en cuando a visitar al anciano. Sin embargo, nadie comentaba una sola palabra sobre ellos, ni bueno ni malo. Parecía un tema vetado entre los pueblerinos.

Mi curiosidad iba aumentado, pues su actitud reservada y antisocial resultaba intrigante. La nieta del viejo Buenaventura se dejó ver por el ultramarino. La chica no superaba los 25 años, pelo negro, no muy alta dentro de la media española, bastante mona hasta que abrió la boca y empezó a pedirme cada producto de su lista en un tono arrogante y casi desafiante. Sin duda la típica niña pija de papa, que disponía de cualquier capricho y a quien no le había sentado nada bien tener que hacer la compra.

- ¿No eres de por aquí verdad? No llevo mucho en el pueblo pero en poco tiempo los he conocido a todos. Bueno, con  ayuda de Manuela.

- Pues sí, soy de aquí. Aunque hace tiempo que me marche con mis padres a otro lugar. Esta gente es muy metomentodo. Sino te importa dame todo lo la lista rapidito que quiero volver a casa cruzándome los menos posible con la gente.

- Como quieras. No hacía falta ser tan apestosa.

- Vaya veo que poco tiempo en el pueblo es suficiente para que se pegue la insolencia. Ya casi lo tienes.

- ¿Tener el que?

- Ser como todos ellos. Te falta juzgar sin conocer nada, y cuchichear por cada rincón del pueblo cada vez que ven a mi familia.

- ¿Y porque iba a cuchichear sobre una familia que ni si quiera vive en el pueblo y no sé quién es?

- Veo que aún no estás informado de todo, Manuela todavía no ha terminado su trabajo.

- Aquí tienes tu compra.

- Adiós.

- Ten cuidado por si te cruzas con la gente.

La chica me miro desafiante, su cara y su silencio me hicieron entender su amenaza.

En ese mismo instante apareció por las escaleras Manuela, y por supuesto, la pregunte sobre esa chica que acaba de salir. Me dijo que se llamaba Marta que era la nieta del viejo Buenaventura. Fue lo único que conseguí averiguar, cualquier pregunta que tuviera que ver con ella o con su familia, Manuela se las apañaba para cambiar de tema. 

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⏰ Last updated: Jun 23, 2018 ⏰

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