Capítulo 4: Una elección importante

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La transformación de Ladybug culmino a pocos locales del establecimiento del Maestro Fu, con cuidado Marinette salió de un callejón solitario ocultando a Tikki en su bolso, camino mirando sobre su hombro, esperando que nadie la hubiese visto, pronto se ha dentro en el local.

-¿Maestro Fu? Sólo quiero saber cómo está Chat Noir y a entregarle el prodigio. – frente a ella, la puerta de la habitación donde horas antes ella había dejado a su compañero se abrió dando paso al Gran Guardián junto a Wayzz.

-Marinette debes tener cuidado al venir aquí. – dijo el Maestro Fu, recibiendo de la peliazul el prodigio del zorro, rápidamente el hombre lo guardo en la caja junto al resto. – Chat Noir está mejorando, no tienes nada de qué preocuparte, vuelve a casa y descansa.

La peliazul asintió sin muchos ánimos de irse de ahí, ella prefería esperar a que Chat Noir recobrará la conciencia, pero entonces él la vería sin la máscara y eso no les traería nada bueno. Decidió hacer caso al Gran Guardián y volver a casa, a fin de cuentas, Tikki necesitaba comer y tomar una larga siesta.

Por la noche las palabras de Alya no dejaron de resonar en su cabeza, fue tanta su mortificación que no pudo conciliar el sueño, sentía los parpados cansados, pero su mente no dejaba de reproducir aquel terrible acontecimiento, con tantas vueltas en la cama, al final termino levantándose para salir por la trampilla de encima que la condujo a su terraza, entonces pudo apreciar los primero rayos del amanecer.

-¿Estás bien Marinette? – pregunto la Kwami roja acompañando a su portadora en la terraza. Entonces Marinette soltó un enorme suspiro de frustración.

-¿Qué crees que debería hacer Tikki? Estoy muy confundida. – se quejó la peliazul cubriendo su rostro con las manos.

-Deberías hablar con Chat Noir y aclarar lo que te dijo Alya, sólo de esa forma podrás conocer tus verdaderos sentimientos. – Por un momento la Kwami sintió pena por su portadora, ella deseaba poder decirle la verdad sobre el gato negro, pero eso era contra las reglas y ella debía descubrirlo por su cuenta.

-Tienes razón Tikki, lo haré. – la Kwami voló sobre su rostro abrazándose a ella, Marinette río divertida ante el contacto cariñoso de su amiga, ambas se quedaron un rato más observando el amanecer y como París comenzaba a despertar.

-Buenos días Alya. – saludo la peliazul a su amiga, cuando ésta entro al salón de clases, Marinette había sido la primera en llegar y todos quien la vieron se sorprendieron por su puntualidad.

-Buenos días Ma...ma ¿Marinette? – dijo una Alya muy sorprendida, teniendo incluso que quitarse sus gafas y limpiarlas para corroborar que lo que veía era correcto. – ¿Chica, acaso te caíste de la cama?

-Nada de eso Alya, sólo desperté temprano eso es todo. – respondió Marinette con una sonrisa nerviosa, Alya la miro extrañada pero dejo pasar el asunto sentándose junto a ella.

-¿Viste lo que sucedió ayer con Chat Noir? – pregunto su amiga mostrándole desde su celular el reporte que subió en el Ladyblog, con disimulo Marinette desvió la mirada evitando toparse de nuevo con esas imágenes y una vez más la culpa comenzó a carcomer sus pensamientos.

-Sí lo vi, fue horrible lo que sucedió, pero también vi que Rena Rouge les ayudó. – agrego Marinette a sabiendas de que su amiga cambiara de tema pronto. Ella conoce perfectamente Alya y sabe que es tanta su emoción por ser una heroína que teme cometer un error y revelarle en una de esas su identidad.

Poco a poco sus compañeros comenzaron a ocupar sus asientos y a minutos de que empezaran las clases, el único cubículo que siguió vació fue el de Adrien y Alya lo hizo notar.

Enamorando a Ladybug - MiraculousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora