Capítulo 7: Enamorada de una ilusión

838 59 14
                                    

Marinette aún se encontraba incrédula de que uno de sus secretos, más específicamente su pequeño enamoramiento de Adrien Agreste saliera a la luz o mejor dicho fuera trasmitido por la televisión parisina. Aunque estaba molesta porque los del programa invadiera sus privacidad, la única culpable de todo era ella por no deshacerse desde hace tiempo de las fotografías y los posters del modelo que adornaban las paredes de su habitación.

-No es justo Tikki. – se quejaba la chica mientras quitaba una por una las fotos del modelo y luego las ponía dentro de una caja. – Ya ni siquiera veo a Adrien de esa forma.

-¿Estás segura Marinette? – cuestiono la Kwami escéptica.

-¿Qué estás tratando de insinuar Tikki? Yo amo a Chat Noir.

-Nada. – dijo una inocente Tikki. – Sólo te recuerdo que yo te dije que tenías que deshacerte de esos posters.

-Estaba ocupada. – se excusó la chica tratando de convencer a la pequeña Kwami.

-Eso paso hace meses Marinette. – respondió tangente. – ¿Talvez todavía tienes sentimientos p...

-¿Sentimientos por Adr...¡AHH! – grito la peliazul en el momento en que se giró para encarar a su pequeña amiga, quien repentinamente guardo silencio, pero sin imaginar que la razón fuese un gatito negro invasor. Rápidamente Chat Noir tapo la boca de Marinette, mientras llevaba un dedo sobre sus labios advirtiéndole que guarde la calma, Marinette, demasiado sorprendida como para reaccionar de otra manera, hizo caso al minino.

-Marinette, ¿está todo bien allá arriba? – se escuchó la voz de Sabine en la parte baja de la trampilla. Chat Noir retiro su mano de la boca de Marinette con lentitud temiendo que ella fuese a delatarle.

-Sí. – respondió Marinette. – Yo me caí. – mintió la chica con toda normalidad.

-Ten más cuidado cariño. – dijo su madre con la preocupación latente en su voz, pues conociendo a Marinette esa no sería la última vez que sucediera. Aunque en esa ocasión no se había caído del todo. – Y ya duérmete que mañana tienes escuela.

-Está bien, buenas noches mamá.

-Buenas noches hija, descansa. – ambos se quedaron en silencio, mirándose fijamente, mientras escuchaban los pasos de Sabine, cuando oyeron la puerta de su habitación cerrarse fue que Marinette hablo.

-Chat Noir, ¿qué estás haciendo aquí? – pregunto la peliazul nerviosa ante su presencia.

-Yo... bueno... Yo venía a ver cómo estabas princesa. – balbuceo el minino llevando su mano detrás de su nuca.

-Estoy bien. – pronuncio con lentitud la chica, mirándolo con extrañeza. – ¿Por qué lo preguntas? – cuestiono Marinette confundida por su repentina aparición sobre todo en su habitación.

-Bueno, por lo que paso ayer... con lo del programa y todo ese asunto de las fotos. – menciono el chico caminando hacia una de las paredes donde minutos antes estaban adornadas con las fotos de Adrien, cuando Marinette le vio observar su habitación, tomo con rapidez las posters faltantes y los metió en la caja junto al resto. – Me quede un poco preocupado por ti.

-¿Preocupado por mí? – cada vez Marinette entendía menos, la única pregunta que se formulaba en su cabeza era sí, Chat Noir la había visto con medio antifaz.

-No... digo, sí. – dijo nervioso. – Sabes qué, olvídalo. Lamento haberme aparecido así princesa. – Chat Noir dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la trampilla de su balcón, pero antes de subir, él se detuvo de golpe, como si estuviera teniendo una pelea interna en su cabeza.

Enamorando a Ladybug - MiraculousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora