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let's dream together

los muebles y la decoración eran ambiguas. tal como a michael le gustaba. eligieron juntos una mesa junto a la ventana, donde entraba la iluminación del sol y veían a las personas pasar. algunas iban enojadas, otras hablando a través de sus celulares, otras corrían en búsqueda de un taxi. tenían aspecto de que nunca descansaban. cada vez que luke miraba a una persona pasar, se preguntaba ¿como serán su vida? ¿cuáles serán sus preocupaciones? ¿habrán matado a alguien alguna vez?

y otra vez sin razón alguna el tema volvió a joderle la cabeza por un rato.

"ponte esto," michael le extendió las vendas adhesivas, sacándolo a luke de sus pensamientos. más que sacarlo, habría que decir que lo salvó otra vez. "y esto." apoyó con cuidado la pequeña bolsa con los esmaltes. luke restándole importancia a sus heridas no tan profundas optó por revisar el segundo regalo que michael le dedicó en el día.

había cinco esmaltes: uno rosa pastel como algunas nubes en atardeceres, uno rojo como los labios de michael, otro azul bebé como sus propios ojos, uno negro como sus pensamientos negativos y por último uno verde pastel, el verde claro, suave como la mirada de michael.

elevó su vista posicionado sus ojos sobre el pelinegro quien lo observaba esperando una respuesta.

"¡son hermosos!" exclamó sonriente. "gracias, michael."

"no fue nada" dijo restándole importancia.

"en serio, mike." luke cerró la bolsa diminuta. "gracias por todo, por hoy, gracias."

michael bajó la mirada a sus pies, reprimiendo su gran sonrisa mordiéndose el labio inferior, por dentro estallaba de felicidad ante las palabras del joven pero no quería ser tan evidente.

llegaron los menús a su mesa para elegir lo que llevaría las grandes porciones de pizza, ambos optaron por pedir una sola pizza porque según lo que afirmaba michael, eran muy grandes.

mientras comían, luke se pintaba las uñas con el esmalte rojo (recordando el primer color que michael dijo que le gustaba) y el pelinegro lo miraba.

"¿y ese anillo?" michael se atrevió a preguntar por primera vez. luke se detuvo en el proceso de embellecimiento de sus uñas, ambos observando el anillo de plata que poseía el rubio falso.

"he notado que lo has estado mirando desde un tiempo largo." esbozó una pequeña sonrisa y continuó con su manicura. el chico no se notó angustiado al hablar sobre aquel tema.

"hay ciertas cosas que no puedo disimular." se encogió de hombros.

«como mi amor hacia ti.» pensó michael.

"y hay ciertas cosas las cuales es mejor no hablar ni profundizar." terminó de pintar las uñas de su mano derecha y comenzó a sacudirla con cuidado para que se secara más rápido. posicionó su mirada en michael.

"¿como tu casamiento?"

"acertaste." inclinó su cabeza asintiendo. "nunca debí casarme."

"¿y por qué aún llevas puesto el anillo?"

"mi prometida y mi hermana fueron a comprar los anillos. mi hermana los eligió, no quiero tirar algo que ella se tomó el tiempo de elegir para mí." sus ojos se cristalizaron, e inmediatamente desvío su vista hacia afuera observando el exterior y a las personas.

el pelinegro al ver que el mar denuevo estuvo apunto de rebalsar, trató de cambiar de tema.

"los esmaltes son de secado rápido, tal vez ya está seco." habló tomando la mano del rubio falso desprevenidamente y comprobó que era verdad lo que dijo.

sus manos eran tan suaves que michael no podía creer que aquella piel era real. comparó su piel con la porcelana, fina y delicada, frágil también. él quería ser la persona que lo tratara con cuidado. michael deducía con obviedad que alguien o algún acontecimiento lo había lastimado tanto al punto de que cada vez que tocara el tema de su pasado, sus ojos se cristalizaban y su mandíbula se endurecía. el océano amenazaba con revolver sus aguas ferozmente. michael nunca deseó proteger tanto a alguien en toda su vida sin saber qué le sucedió.

inconcientemente, michael acarició su mano con su dedo pulgar. luke al sentir el tacto suave, volvió a centrar su mirada en el ojiverde con sorpresa.

michael por suerte había desarrollado el poder de la improvisación gracias a sus amigos.

"tienes manos suaves y delicadas, una vez mi tía me dijo que si las tienes así puedes ser modelo de manos."

si, claro, su tía.

luke rió a lo bajo retirando su mano y comenzando por pintar las uñas de la mano izquierda.

"¿en serio?" preguntó no creyendo ante lo que le decía. "prefiero ser modelo de ropa o maquillaje, sería mejor. quiero lucir mi rostro bello y este cabello sedoso." movió su melena de un lado a otro y ambos rieron, michael estando de acuerdo.

"yo cuando me reciba de arquitecto construiré un centro de belleza mientras tú te vas a posar ante las cámaras y después de terminar con eso, trabajas en el local de belleza." luke sonrió fascinado ante la idea, no estaba seguro si algún día se iba a poder cumplir.

"me encanta que seas tan soñador." le dedicó una mirada y volvió a su trabajo, dejando de lado sus ganas de comer para poder terminar con las uñas. "hasta me contagias eso." confesó.

"entonces soñemos juntos." michael se atrevió a decir y dio una mordida a la porción de pizza.

never stop •muke•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora