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Las noches frías y solas. Los recuerdos golpeaban su cabeza, imponían presencia, lo hacían temer, revivir cada uno de los sentimientos. En un intento desesperado por escapar de esto, solía tener en su mini-frigobar botellas de whisky, vodka polaco, ron y hasta una botella de tequila –que podrán imaginar sin el acompañamiento del limón y sal sabe horrible- obviamente unas pocas cervezas solo para seguir bebiendo algo después de ya estar borracho. Ahogaba sus recuerdos en alcohol...

-Eres tan cobarde... Min, Yoon-ngi... -solía decirse arrastrando sus palabras a causa del efecto del alcohol sobre él, sentado en un rincón de la oscura habitación iluminada por la tenue luz de escritorio.

Botella en mano, cabello desordenado, ojos vidriosos, nariz sonrojada al tono de las mejillas, palabras sin sentido... una habitación llena de recuerdos, melancolía y nauseabundo olor a alcohol. Se juraba a si mismo cada mañana dejar de hacerlo, pero llegaba la noche y Min Yoongi sucumbía a la necesidad de ahogarse en alcohol.

Es increíble como una persona... una simple persona puede cambiar lo más mínimo en tu vida. Piernas enredadas una encima de la otra, respiraciones sincronizadas pero calmadas, brazos alrededor del abdomen, dedos entrelazados entre cabellos castaños. Las noches ya no eran frías ni solas, el miedo ya no invadía a Yoongi, el olor a alcohol ya no existía en la habitación. Ahora había olor a dulces, galletas, chocolate y el cítrico perfume del menor... el mini-frigobar ya no tenía botellas de alcohol, en cambio tenia siempre dulces de distintas variedades, botellas de agua o banana milk. ¿En qué momento había pasado esto? Ya no había noche en la que durmieran juntos, Jungkook ni siquiera preguntaba y por inercia cuando ya bajaba él sol y la luna aparecía con su tenue brillo y las pocas estrellas que se podían apreciar adornaban gentilmente él cielo, Jeon se acostaba en cama de su Hyung, a veces esperaba a que Yoongi se fuera a dormir para decirle las buenas noches y abrazarlo dedicándole la última sonrisa del día o en otras simplemente se dormía de inmediato. El chico de blancos cabellos no hacía reclamo alguno porque ya era indispensable para él dormir juntos: tenerlo entre sus brazos, sentir su respiración tranquila, acariciarle el cabello hasta hacerlo dormir o despertar en mitad de la noche y ver al castaño dormido a su lado con la suave luz que la luna le regalaba entrando de manera cautelosa por su ventana.

Un molesto rayo de sol caía sobre los ojos de Yoongi, haciendo que este se removiera un poco intentando esquivarlo. Al intentar moverse sintió el peso de una cabeza sobre su pecho y unos brazos rodear su abdomen, el chico abrió uno de sus ojos arrugando un poco su nariz para encontrarse con unos cabellos castaños desordenados cerca de él, abrió su otro ojo mientras movía hacia un lado la cabeza para poder ver al menor que aún dormía sobre su pecho. Realmente debía estar muy cansado para no haber despertado primero y zamarrear a Yoongi para que bajaran a tomar desayuno. Entre que miraba a Jungkook y se perdía lentamente en sus pensamientos al igual que la pálida mano del chico entre los cabellos color cobre, la cabeza del chico se empezaba a mover de manera perezosa hasta que los ojos adormilados del menor se toparon con los de Yoongi.

-Buenos días, Yoongi-Hyung –el menor le dedico una adormilada sonrisa mientras cerraba sus ojos y se giraba estirándose encima del pecho de su mayor quedando boca abajo en este.

-Buenos días, idiota –le devolvió sutilmente la sonrisa curvando sus labios sin separarlos.

Este sin lugar a dudas era uno de sus momentos favoritos del día, ver a Jungkook con sus ojos de sueño, una tierna sonrisa adormilada que solía estar en su rostro hasta el momento que este salía por la puerta de la habitación, y su cabello desordenado que le daba un completo toque de inocencia, pero al mismo tiempo podía provocarle pequeñas cosas a Min Yoongi.

- ¿Dormiste bien, Yoongi? –el pequeño seguía con esa pequeña sonrisa adormilada y dando pestañeos lentos.

- ajá, ¿y tú? Te veo demasiado adormilado aún... -Yoongi paso los dedos por entre los cabellos del menor haciendo que este cerrara nuevamente los ojos dejando escapar un débil y suave "bien".

Una persona puede cambiarte, puede llegar a sacar tanto lo peor como lo mejor de ti... puede enseñarte cosas de ti que no conocías, antes de esto Min Yoongi era indiferente a estas palabras, pero desde la llegada de esos ojos inocentes y esa sonrisa llena de alegría que transmitía una sinceridad tan grande, todas esas palabras cobraron sentido. Los chicos siempre le reclamaban a Yoongi que, con ellos, él no era así.

"-Ahh, Yoongi-Hyung ¿Por qué le has comprado ese chocolate a Jungkookie? ¿Por qué a mí no? –Jimin apuntaba con su dedo índice el chocolate que Jeon abría con una amplia sonrisa.

-Que te lo compre J-Hope –Yoongi le respondía inexpresivo mientras veía a Jungkook comer su chocolate.

- ¡No tiene nada que ver! –decía el rubio mientras un pequeño color rosa teñía sus mejillas."

"- ¿Por qué Yoongi nunca me acaricia como a Jungkook? –Hoseok se encontraba de pie junto al par que estaban en el sofá: Yoongi sentado viendo televisión mientras la cabeza del menor reposaba en sus piernas.

- ¿No tienes a Jimin para que haga eso? –Yoongi respondía sin despegar la vista de la televisión ni dejar de mover sus dedos entre los cabellos de Jungkook.

- Pero tus dedos son más largos... lo de Jimin-ssi son más cortos –respondía el pelirrojo con un puchero.

- Si Jimin te escuch...- una voz aguda gritando el nombre de Hoseok interrumpió a Yoongi- ya te escucho."

¿Los chicos se daban cuenta de estas cosas? Claramente. El detalle estaba en que la única persona que no notaba esto era el mismo Jungkook...

Frozen Heart [Yoonkook]Where stories live. Discover now