2- ¿Y los juegos de mesa?

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La noche llego casi en un parpadeo. Dohko invito a el patriarca, pues igual pensaba que el debería divertirse. Los demás caballeros iniciaron su caminata hasta el octavo templo. Todos parecían estar emocionados y felices, era de esperarse.

Uno por uno fueron llegando. Cuando todos llegaron Milo les pidió que se sentaran en el sofá.

–¿Que juegos de mesa vamos a jugar–Pregunto Mu emocionado, amaba los juegos de mesa.

–Yo digo que juguemos cartas–Sugirió el aquamarina.

–Nosotros decíamos que viéramos una película de terror–Dijeron los gemelos al unísono.

–Yo creía que hablaríamos de temas de interés–Hablo Shura

–Lo que jugaremos les va a gustar a todos–Milo sonrió malicioso y se acomodo su larga cabellera azul

–¡Perfecto!–Shaka miro hacia los lados–¿Y los juegos de mesa?–Pregunto para ladear ligeramente la cabeza.

–Nunca dije que jugaríamos juegos de mesa–Musitó para levantarse y sentarse en el piso–Vengan todos. Siéntense en circulo.

Todos se voltearon a ver algo extrañados y obedecieron la orden del Escorpio. Se sentaron en circulo y esperaron que el Griego les explicara.

–Muy bien. Esto es fácil–Saco una botella–Giraré la botella y las dos personas señaladas tendrán que darse un beso apasionado, si no lo hacen tendrán un castigo–Dijo tranquilamente, mientras que sus compañeros abrían ligeramente la boca y se quedaban con cara de estúpidos.

–No voy a hacer eso–Replico el Leo para cruzarse de brazos.

–Yo tampoco–Dijo Camus, serio como siempre.

–Oh vamos... No sean cobardes, además... un beso no significa nada y solo es uno–Dijo en tono de suplica, haciendo a todos suspirar y asentir.

–Esta bien

–¡Perfecto! Yo giraré la botella–Tomo la botella y sonrió malicioso, seria muy divertido verlos sufrir.

Giro la botella, daba vueltas y vueltas. Todos suplicaban porque no les tocara, seria muy vergonzoso. La botella seguía girando, el suspenso mataba a todos ¿Quien diría que estuvieran tan nervioso? Se detuvo. Todos alzaron la vista para ver a quienes apuntaba.

–Oh no.. No, no, no, no ¡No voy a besar a Aldebaran!–Dijo indignado el peli-celeste ¿No podía tocarle alguien mas decente?

–Lo siento. Reglas, son reglas

El Sueco comenzó a hacer chillidos, hasta que finalmente se levanto, se acerco a Tauro y cerro los ojos con todas sus fuerzas.

-Me voy a vengar de ti Milo-Musitó para acercarse rápidamente a Aldebaran y juntaba sus labios.

Claramente mientras el beso pasaba se notaba la cara de horror en el Piscis. No podía ser tan malo ¿O si? Pasaron algunos segundos y se separo de el, se limpio los labios, se levanto del lugar y se fue al suyo con algo de enfado. Mientras que el Tauro estaba ligeramente en shock con un ligero tono carmesí en las mejillas. Todos se quedaron con la boca abierta no esperaban que el peli-celeste lo hiciera, y además de esa manera tan... ¿Seductora?

–¡Dejen de verme y continúen!–Exclamo para desviar la mirada apenado.

Todos sacudieron la cabeza para olvidar aquel momento, fue muy extraño. El Sueco tomo la botella y la giro con todas sus fuerzas, mientras que su interior rezaba para que le tocara a Milo. La botella giraba y giraba, Afrodita había exagerado ligeramente. Se detuvo y nuevamente todos alzaron la vista. Un fuerte color rojo se había apoderado de las pálidas mejillas del caballero de Aries.

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