4- Unos cuantos tragos, no lastiman a nadie

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Lo noche para los caballeros dorados del día anterior fue algo irritante, sin embargo, deben admitir que si se divirtieron bastante.

Esta vez fue DeathMask quien los invito a ir a su templo, pues estaba algo harto de subir tantas escaleras; pero como fue de esperarse, nadie acepto ir a su casa, debido a la "hermosa" decoración del Cáncer. Por lo que, para que todos estuvieran de acuerdo, terminaron por decidir que irían a la primera casa.

Mu arregló emocionado su templo, hacía mucho que no tenía tantos invitados. Movió la escoba hasta dejar impecable el suelo, arregló la sala y la cocina, junto a Kiki hizo algunas galletas y preparo té. El lugar lucia como nuevo.

El Tibetano sonrió satisfecho por como se veía su casa, se hecho algo de agua en la cara y fue a su habitación a cambiarse, pues sus ropas estaban algo sucias. Se metió a la ducha y se relajo por completo al sentir el agua resbalar por su espalda, suspiro aliviado y sonrió.

Salió del baño con una toalla en la cintura y otra enrollada en sus largos cabellos lilas, se seco muy bien y se puso una ropa bastante cómoda; Su típico traje de entrenamiento, junto con su suave bufanda roja. Finalmente se miró al espejo y comenzó a cepillar su larga cabellera; admitía que le gustaba, pero era un fastidio tratarla.

Salió listo de su habitación, con una gran sonrisa de oreja a oreja, estaba emocionado. Se sentó junto a su discípulo en el sofá y comenzaron a hablar mientras esperaban a sus invitados.

El tiempo fue pasando y sus compañeros fueron llegando uno por uno, como siempre. Cuando el sol se oculto por completo, todos ya se encontraban en Aries felices platicando. Comían galletas, que por cierto estaban bien ricas, y reían a carcajadas, se la estaban pasando muy bien.

–¡Oigan!–DeathMask grito, obteniendo la atención de todos.–¡Vamos al bar!–Dijo con emoción.

Mu puso cara de pocos amigos y le mando una mirada fría al Cáncer. Se había esmerado tanto en limpiar como para que después de 15 minutos todos se fueran.

–¡Me parece buena idea!–Milo respondió emocionado.

–A mi igual.

–No suena mal.

–Seria divertido.

–¡Si! Hace mucho que no voy a uno.

–Esta bien.

Y así la mayoría comenzó a aceptar la idea que DeathMask les había dado.

–A mí no me gusta tomar–Hablo sin más Camus.

–Bueno... Tu no tomas.

–Mu, Camus, Shaka y Afrodita nos van a cuidar, son los más responsables aquí–Milo sonrió complacido.

–Esta bien–Mu suspiro y rodó los ojos, no se hubiera esmerado tanto en limpiar.

–¡Perfecto!–Kanon dijo algo emocionado–Vámonos.

Todos se pararon del sofá del Tibetano y se comenzaron a ir a la salida. Uno tras otro fueron saliendo, hasta dejar el primer templo completamente vacío.

Salieron del Santuario y se dirigieron a el pueblo vecino, un lugar muy bonito. Por la parte más profunda del pueblo se encontraba el bar. Entraron y sonrieron al ver que solo habían dos personas. Separaron todas las mesas que habían y se sentaron en el piso.

–En unos minutos nos traerán el alcohol–DeathMask comento para hacerse un espacio en el círculo.

–Esta bien... Ahora ¿Qué hacemos?–Pregunto Aioria.

–Pues había pensado en que podíamos jugar verdad o reto–Milo dijo con emoción.

–No... Juguemos algo que implique menos vergüenza–Shaka se cruzó de brazos.

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2018 ⏰

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