—Si piensan que ya han conseguido algo por el mero hecho de que tienen el derecho de hacer esta prueba—dijo el jefe con aires de grandeza. Todos sus estudiantes vestidos con una ropa de batalla lo escuchaban atentamente en profundo silencio—, déjenme decirles que están muy equivocados—Yuya tragó de manera desapercibida y apretó su arco entre sus dos manos lleno de miedos—. Ustedes no le han ganado a nadie aun, ustedes no han ido y vuelto del bosque con un hueso de demonio mayor. Ustedes siguen siendo mezcla de panecillos. A pesar de que han sido logrados con éxito les hace falta aún lo más importante, lo que les hace ser lo que son. Ustedes deben de entrar al horno y salir de él al momento correcto, ni antes ni después. Así que más les vale enorgullecerme a mí, enorgullecer a sus padres y lo más importante—alzó un puño al cielo—¡enorgullecer a la Diosa! —gritó.
—¡A la Diosa! —repitieron en coro sus estudiantes alzando el puño igualmente. Yuya temblaba ligeramente y después soltó aire suavemente sin hacer ruido cuando todos bajaron de nuevo sus brazos.
—¡Estudiantes! —gritó para llamar su atención—¡Apliquen todo lo que han aprendido! ¡Y siempre han de recordar que los más fuertes son los que sobreviven! —dijo con la barbilla en alto. Todos los demás la tenían abajo, pero el chico de ojos rojos era el que más abajo la tenía—¡Mañana se irán de aquí como estudiantes! ¡Y volverán como arqueros! ¡Nada de mediocridades!
—¡Sí, señor!—gritaron todos al tiempo.
—¡Pueden relajarse!—anunció. Todos se relajaron un poco y su postura dejó de ser la exageradamente erguida que era antes—Cuando el sol esté a punto de esconderse tendrán que volver a estar aquí, el Líder les dedicará unas palabras y además en con sus comidas estarán sus cabañas. Es su última oportunidad de ir a casa, pero recordad, el que llegue tarde a la ceremonia no tendrá la oportunidad de hacer la iniciación. Esperará doce ciclos enteros antes de ser digno de hacerlo una vez más. ¡Pueden retirarse a comer!
Yuya suspiró cansado y se colgó el arco que portaba al hombro. Caminó hacia la salida para ir al comedor, dejar el plato a medias e irse a casa para que su madre lo viera y le diese los últimos consejos. Fue entonces cuando repentinamente le golpearon en la nuca con la palma de una mano.
—¡Hey!
—¡Espero que la pases mal durmiendo como un pobre! —y se rio de él escapando de la situación. Yuya bufó. El hecho de que su familia tuviese a uno de los suyos como el líder no quería decir que fueran automáticamente ricos. O al menos eso era lo que se decía constantemente en su cabeza.
A decir verdad, el que Yusho fuera su padre y el líder de la aldea era casi una coincidencia. Él nunca había sentido gran diferencia en las cosas que lo rodeaban, solo el trato de los demás y de que solo por su hijo ya estaba mal. Esa actitud le molestaba, más que nada porque gracias a eso se había quedado solo, casi no tenía amigos de verdad y cuando eran los descansos solía irse a practicar con el arco, tratar de hacer algún remedio con las plantas o simplemente vagar. Nadie se le acercaba y todos se alejaban. Y a los que parecpia agradarles simplemente nunca estaban solos del todo. El ser hijo de un Líder generalmente para ellos era como estar en el cielo, que todos los polmomas se arreglarían en un santiamén y que no volverías a tener dificultades mayores aparte de las batallas o las comodidades. Yuya se molestaba un poco por eso, más que nada porque el hecho de tener tantas comodidades no le daba amigos. Y que por más que quisiera, estaba relativamente solo la mayoría de los días, la mayoría del tiempo.
Cuando llegó al comedor todo el mundo estaba con los dichosos papelitos mirando con quién les había tocado su iniciación. Emocionados por lo que tocaría mañana. Pero Yuya estaba realmente aterrado. Desde hacía poco más de un ciclo él había estado deseando que una horda de demonios atacara todo el pueblo, que no llegase el día de mañana nunca o tener la valía para decirle a su padre que simplemente no se sentía preparado para afrontar dicha situación. Estar con casi cualquiera de sus compañeros era una experiencia que prefería no vivir. Ellos parecían dispuestos a matarle por envidia y a decir que lo había matado un demonio menor, uno que solo lo había atacado una vez. Frunció sus labios y suspiró. A veces realmente le gustaría no tener que estar presente en ese momento del espacio tiempo.
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Iniciación
FanfictionLa aldea en la que vive Yuya tiene un ideal muy claro y que durante generaciones se ha mantenido, cazar criaturas que con el tiempo llamaron Demonios. Todos tienen que vivir para ello, tanto hombre como mujer sin falta alguna, tiene que ser útil de...