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¡Mira Shikadai!- entraste estrepitosamente en mi habitación, llevabas un gato en brazos- encontré a este pequeño en un callejón cerca de aquí- acariciaste los cabellos del felino mientras mostrabas una hermosa sonrisa- lo llamé Akachan.

—¿en serio?- me acerqué a ti, buscando acariciar a Akachan.

si..es igual a ti ¿no te parece?.

—¿a mí?..¿por qué a mí?- reí ante tu comentario, eras realmente adorable cuando te lo proponías.

Cuando lo encontré estaba durmiendo..y eso fue hace una hora, además, tiene unos hermosos ojos color jade- una sonrisa paso por tu rostro- como los tuyos.

Acaricié tus mejillas, las cuales adquirieron un ligero tono rosa.

Besé tu frente y susurré en tu oído- entonces..el pequeño Akachan es nuestro hijo.

—¿¡eh!? ¿¡p..por qué!?- enrojeciste aun más. Avergonzado ante mis palabras.

su pelaje es de un rubio claro, como tu hermoso cabello.

—b..bien- dejaste a nuestro bebe en el suelo para palmear tu rostro- te amo, y si esta es la forma de demostrarlo. Lo haré sin importar que.

—yo también te amo- volví a besarte, esta vez en tus labios, tus hermosos labios sabor a fresa.

Besos || EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora