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Estábamos en el local de hamburguesas, ese al que siempre vamos. Tenia mi mirada fija en ti, hace una semanas que estabas actuando raro "¿que ocurre?" pregunte un día, la preocupación era obvia en mi voz "nada, no te preocupes" fue lo que me dijiste, decidí no preguntarte más, si no querías decirme no iba a forzarte.

¿Quieres ir a mi casa?_- te pregunte- Mi madre no está.

—¿hm?...claro- dijiste para luego sonreír.

No me gusta esa sonrisa, es falsa, no me gusta que mientas.

Llegamos a mi casa y subimos a mi habitación.

—Que fastidio..- dije para luego cruzar mis brazos por atrás de mi cabeza y recostarme en el suelo- ¿Quéue quieres hacer?.

—Lo que sea está bien- copiaste mi acción y te acostaste a mi lado.

Inojin... ¿Qué ocurre?- voltee a mirarte- Sabes que puedes confiar en mí.

—Lo sé- un suspiro se escapo de tus labios- Es que, solo... No lo sé, he estado pensado y ¿habrá alguien en el mundo que me quiera...?- subiste la mirada al techo-.. además de mis padres, je.

¡Claro que si!- afirme ante tu pregunta- yo..yo lo hago.

Giraste tu cabeza para verme, sorprendido, tus mejillas se habían encendido en un color rojizo.

¡¿Q.. qué dices?!- tus manos se movian rapidamente al lado de tu rostro- ¡Tonto!.

Es la verdad, puede que sea un fastidio admitirlo pero..- pose mi mano en tu mejilla- Eres realmente importante para mi.

—D..Dai, gracias- tu mano se junto con la mía y dejaste una caricia.

Besé tu frente, tal vez algún día te diré lo que realmente siento por ti. Por ahora, solo quiero disfrutar de cada beso que te de.

Besos || EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora