Única parte

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Como dice la canción "I don't care, I Love It" es mi vida. Yo hago y no me importa nada de lo que me digan. Es mi vida y yo tengo derecho de hacer lo que tenga ganas de hacer. Dime que soy fea y me lo pasaré por donde no salga el sol. Dime que soy hermosa y te lo agradeceré. Aun así, ¿por qué me dicen constantemente que cambie? Que cambien ellos.

Caminé por los pasillos de la escuela, escuchando con mis auriculares azules preferidos, mi lista a todo volumen. Por supuesto que no tenía ningún deseo de escuchar otra voz que no sea la del cantante. Todo tipo de música se encontraba allí, desde clásica a reguetón, de reguetón a rock, de rock a pop, de pop a kpop...

De repente, un chico se cruzó en mi camino. Intenté esquivarlo pero no pude, bloqueaba mi paso. Me observó a los ojos y pude notar que un brillo se apoderaba de ellos al igual que un sonrojo se hacía cada vez más visible. Como por arte de magia, la canción finalizó y se cambió a I Need U. Él comenzó a hablar, pero yo no escuchaba nada y tampoco me importaba. Así que solo asentía con la cabeza y con una sonrisa forzada para que terminase de hablar y se fuera rápidamente. 

Con sus manos quitó con delicadeza uno de mis auriculares- agradecí tener la suficiente paciencia para no romperle el brazo. Me dijo, entre otras cosas, "...I need you girl..."  - qué casualidad, pensé con sarcasmo- y me extendió, con la otra mano, una rosa roja. Me reí sin gracia, desvié la mirada y lo volví a ver, esta vez, amenazadoramente. Tomé su regalo, lo tiré al suelo y lo pisé sin piedad, haciendo que los sentimientos del joven quedaran destrozados. Me coloqué mis auriculares y seguí mi camino a clase.

No me importaba en absoluto su sentir, ni siquiera lo conocía ¿quién se creía que era? Ja. Otra risa sin gracias salió de mi boca.

Mientras caminaba, se colocó Break The Rules . Como me gustaba esta canción, tanto, que comencé a cantarla "...I don't wanna go to school, I just want to break the rules..."  Estaba obligada a vivir en esta prisión, con castigo de pruebas y cadenas de tarea. Y criminales, mafiosos, demonios... como compañeros. Dios, como quisiera estar en otro lugar.

Seguía mi camino tranquilamente, pensando en mis cosas y sobre qué sería mi vida en un futuro. Hasta que súbitamente, al costado de este, observé como mi mejor amigo se fundía en un profundo y salvaje beso con una chica que no conocía y que tampoco me importaba. Pero sentía algo... algo como ¿celos? Bah, no sé.

No tenía idea de nada, sin embargo, de algo estaba segura: me estaba muriendo por dentro. El no poder dejar que todas las palabras salieran por fin de mi interior, el no poder decirte que te odiaba por todo lo que me hacías sentir, por el simple hecho de hacerme sentir algo, o tal vez, el sencillo hecho de que te pierda, no me dejaba respirar. Sentía como una soga apretaba cada vez más mi cuello.

Tú me cuidas y me demuestras cariño de una forma tan distinta y extraña... para tí pueden ser inocentes y amistosas pero para mí significan otra cosa completamente diferente. Jamás recibí este tipo de "amor". Nadie se preocupaba de mí tanto como lo haces tú. Y a pesar de todo, siento que me ilusionas y me lastimas. 

Sé que no debería, pero creo que me gustas. Tal vez no lo demuestro, pero te quiero. Tal vez no sea la más inteligente o la más bella. Pero soy yo, fría y desinteresada y lo único que deseo es verte sonreír. Adoro perderme en tus verdosos ojos cada vez que me hablas. Adoro contemplarte cuando estás distraído. Sin embargo, parece como que no exsisto, como si fuera invisible. Siempre me recuerdas como "tu hermana menor".

¡Eres un idiota! ¿No te das cuenta de todo lo que siento?

No, la idiota soy yo por sentir esto por tí.

"Cut me down

But it's you who'll  have further to fall"

(Córtame, pero eres tú quien tendrá más para caer)

Titanium. Debo estar loca si quiero llorar.

Y sigo como si nada pasara. Oculto mi ganas de soltar mis lágrimas, de gritarle a mi errante cabeza que caminase por donde debía y no por lugares a los que nadie se atrevía a ir. 

Todo está completamente oculto bajo una pared de piedra, y sobre eso, una burbuja...

Para protegerme. 

Por eso odio a la vida como tal. Te hace sufrir, te destroza y como sino fuera suficiente, te pisa y mueve el pie rematándote para finalmente arrastrarte  por todo el piso como ese chicle molesto pegado en tu suela.

"Crashing, hit the wall. Right now, I need a miracle (...) Stranded, reaching out, I call your name, but you're not around (...) Yeah, I need you right now. So don't let me don't let me don't let me down I think I'm losing my mind now (...)"

Finalmente llego a mi asiento, saco un libro de mi mochila y comienzo a leerlo, olvidando tan solo por un momento, mí alrededor. Éramos mi música, mi libro y yo, no existía nadie ni nada más. Por un momento, era sumamente feliz.

Hasta que giré mi cabeza hacia la venta para apreciar la vista y abajo, en el jardín, se encontraba... se encontraba... ¿qué se encontraba? No sé, miré el reloj de mi teléfono y todavía me quedaba tiempo antes de que empezara la clase.

Guardé el libro y los auriculares en la mochila y salí disparada hacia el jardín. Esquivé a todas las personas que se cruzaban en mi camino.

Llegué, por fin llegué. Me tomé de las rodillas para poder recuperar el aliento perdido. Me encontraba sola.

Cuando me levanto, observo a lo lejos algo entre los jazmines blancos.

Me acerqué, me acerqué más, me acerqué todavía más y lo que vi no lo pude creer.

Era el cuerpo de una muchacha muy pálida, con un vestido blanco muy delicado y su cabello castaño estaba repartido alrededor de su cabeza como los rayos de sol. Sus uñas estaban de igual manera, pintadas de blanco. Además, sostenía en sus manos un racimo de jazmines.

Y no solo eso, todo a su alrededor estaba pintado de rojo. Me acuclillé y lo toqué, mis suposiciones eran correctas, era sangre. Pero era algo muy raro, ella, que era la muerta, no estaba bañada de sangre pero sí, su entorno.

Mi ceño se frunció y mi cabeza se inclinó hacia un lado.

Sentía que la conocía de algún lado.

Luego de observarla un rato, mis ojos se abrieron de sobre manera al igual que mi boca.

Era imposible... No, esto no podía estar pasando, debía de estar soñando. 

¡¿Acaso me había vuelto loca?!

Intenté con todas mis fuerzas gritar pero algo me lo impedía. Abría la boca desesperada, aun así, ningún sonido salía de esta.

Cuando traté de levantarme, una mano se aferró fuertemente a mi muñeca. Enloquecidamente trataba de zafarme pero estaba decidida a no soltarme y estaba comenzando a arder. La presión aumentaba a cada segundo. Levanté mi cabeza, ella...

E-estaba viva y-y... 

¡M-me estaba oservando! ¡Sus malditos ojos estaban completamente abiertos!

Esos ojos, que se hallaban completamente blancos demostraban dolor, pena, ira...

Su cuello, torcido. 

Su entrecejo, fruncido.

Lágrimas rojas caían de esos ojos tan vacíos pero a la vez tan profundos.

Su voz era quebradiza y ronca.

No era como yo la recordaba.

De repente, exclamó:

-Los sonidos de tu corázon son los que te llevaran a la tumba.

Los Sonidos de mi CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora