Historia de terror beta, aun en escrito

Prólogo

Ya estaba muy cansada de estarla buscando, pero al fin la tengo en mis manos.

Yo y mi amigo, nos pusimos de acuerdo para entrar a la oficina de su padre, el detective Díaz, a las doce de la noche para robarla, para arrebatarla de su gran montaña de papeles de "Desaparecido".

Fue difícil chantajear al guardia para que nos dejara entrar, asegurando tener una reunión con Díaz.

Era un gran tonto, si no fuera así, sabría que el detective ya se había ido hace más de cuatro horas.

Y aún fue más difícil buscarla en la oscuridad de su oficina, y eso se debió a que le habíamos dicho que íbamos a estar en otra sala.

Así que prendimos la luz de dicha sala, para fingir que había alguien ahí, mientras nos íbamos a otra parte del lugar.

Me siento más avanzada en esto, aunque solo sea la primera parte, el primer caso de todos, de este trabajo.

Primero intenté conseguir amablemente una copia de la nota, con el mismísimo Díaz.
Intento fallido.

Luego, quise ir a hablar con sus familiares, ya que ellos fueron los segundos en leerla, después de los que la encontraron, claro.
Doble intento fallido.

Ya harta, al final opté por tomar medidas extremas, fuera lo que fuera, y así fue.
Y ahora la tengo en mis manos, a la luz de mi lámpara de escritorio, fingiendole a mis padres que ya estoy dormida.

En estos días, las autoridades ya no le han dado importancia al caso, fingiendo que sí. Vaya días estos, cuando a la gente solo le importa su misma persona, egoísmo, eso es.

Esto me da ventaja; no tendré distracciones en realizar lo que debo.

Al fin, podré leer lo que pasó con ese chico y sus amigos

Al fin, tengo la nota de Fernando Ríos, que el mismo redactó antes de desaparecer.

Así que me acomodo en la silla de escritorio, colocó la nota sobre mi mesa, y dirijo la lámpara hacia ella.

Esta manchada con tierra y muy doblada... Es de un cuaderno de cuadro grande. La encontramos en un folder debajo de otros tres parecidos.

Primer renglón...