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– ¿Y? ¿muy formal?– alce una ceja y Chanyeol soltó una risita.

Tomó aire y me jalo por la cintura para besar mis labios con necesidad.

– Formal o informal te verás más que perfecto para mi.– este murmuró y volvió a besarme, me sonroje al separarnos y tome su mano.

– Bien, entonces deberíamos irnos apresurando..., llegaremos tarde al restaurante y no tendremos la mesa.– jugué con sus dedos y ambos reímos.

– La mesa ya está reservada, no nos la pueden quitar, bebe.– este respondió y entró al auto al igual que yo.



Ya una vez llegamos al restaurante Chanyeol me abrió la puerta del auto y me baje, suspiré y traté de calmar mis nervios... Aún pensaba en el momento exacto para arrodillarme y hacer eso.

Estaba muy nervioso.

– ¿Estás bien, cariño?– Chanyeol tocó mi hombro y mordí mi labio para luego asentir rápidamente.

– Si..., entremos ahora.– sonreí y este asintió un poco dudoso.

Finalmente entramos al restaurante y nos dirigimos a nuestra mesa reservada.

– No te preocupes, también estoy un poco nervioso... Y aparte de eso, incómodo.– Chanyeol rompió el silencio y alce una ceja.

– ¿Que pasa?– toque su mano y este mordió su labio un poco nervioso.

– Ya sabes, Baek..., por lo que pasamos, nuestra distanciada y eso... Y míranos ahora.– este tragó saliva y solté una risita.

– Lo se, te entiendo. Hemos estado distanciados y puede que todavía sientas tensión pero como lo haz dicho, míranos ahora... Estamos juntos y eso es lo que importa.– respondí apretando su mano para luego besarla.

– Tienes razón, ¿ordenamos ya?– este preguntó y asentí sonriendo.

Una vez llegó el mesero ordenamos nuestros platos, Chanyeol ordenó unas pastas y yo unos ravioles con ensalada. Ya lo tenía decidido, luego del postre le entregaría el anillo... Tenía que armarme de valor y superar esa timidez.

– ¿Quieres probar mis ravioles?– apenas llego nuestra comida le pregunté y este sonrió.

– Vale, no estaría mal...– este sonrió y alcanzó mi cubierto pero se lo quité riendo, quería ser yo quien le daría para probar.

Levante mi cubierto y lo lleve con unos cuantos ravioles a su boca, esta la abrió y comió.

Luego de unos segundos sonrió.

– Están muy deliciosos.– sus ojos se abrieron y rió emocionado.

– Deja y los pruebo.– relamí mis labios y llevé a mi boca un poco, luego de masticar aplaudí emocionado, no evite en soltar un sonido de placer. – Están muy buenos, demonios.– reí y empecé a comer.

– Somos unos hambrientos, Baek.– este soltó una carcajada y le seguí en la risa.

Media hora después de charlas y risas ordenamos una copa de helado para compartirla.

– Baek... Luego de comer vayamos a la terraza, me dijeron que la vista es hermosa.– este agarró mi mano y sonreí.

¡Si! Ir a la terraza sería la mejor oportunidad para entregarle el anillo allá... Alejados y con nuestra privacidad.



(...)



– Tienes razón, Seúl se ve hermosa, todas las luces... Me impresiona.– suspiré y me apoye en la baranda de hierro.

– En especial la Torre N de Seúl, mírala.– Chanyeol la señaló emocionado y me gire, sus luces y los decores la hacían más encantadora, sonreí al verla y me giré luego de unos segundos.

Al girarme me encontré con Chanyeol arrodillado... Esto no podía estar pasando.

– ¿Chanyeol?– mordí mi labio con los ojos cristalizados y este frunció el ceño.

– ¿Acaso... no quieres esto? Te entenderé perfectamente, lo prometo.– este se levantó enseguida y se acercó a mi desesperado para abrazarme. – Perdóname.– este susurró y lo aleje con fuerza.

– ¡No, torpe!– exclamé y con rapidez saqué de mi bolsillo la pequeña caja con un anillo.

Este se alejó lentamente con sus ojos abiertos y cristalizados, ninguno de los dos podíamos creer lo que estaba pasando.

– ¿Ya sabias que lo iba a hacer?– este sonrió y negué rápidamente.

– También quería hacerte esa sorpresa, amor.– cubrí mi boca y este soltó una risita mientras soltaba unas cuantas lagrimas. – No llores, ven aquí.– murmuré y lo abracé con todas mis fuerzas, bese su cuello y lo apreté aún más a mi.

– Entonces..., ¿aceptas casarte conmigo?– me separe de el y me arrodillé.

– Lo tengo que hacer también, recuerda que tengo un anillo al igual que tú.– este soltó una carcajada y ambos reímos.

Este se arrodilló y preguntó lo mismo.

– Byun Baekhyun..., ¿te quieres casar conmigo?

𝐬𝐧𝐚𝐩𝐜𝐡𝐚𝐭 ; 𝐜𝐡𝐚𝐧𝐛𝐚𝐞𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora