Día 25

9 1 0
                                    


Puso sus manos sobre mis manos,
mis mejillas se sonrojaron,
pero ¿por qué?

¿Por qué esas manos, y sus palabras,
alucinógenas,
se preocupaban por mí?

Dime, ¿por qué me miraste aquel agosto?

Casi lloro.

Me besó...

Después de eso, sonreía, como si fuese una tonta. 

Quizás algun día dejes de gustarme.Where stories live. Discover now