AFTER THE WAR || ROMANOGERS [1]

CÁPITULO VII

||Natasha||

Despierto ya más calmada y me doy cuenta de que Steve ya no está a mi lado pero que en la mesa de noche hay una nota.

Nat.
Tuve que ir a una misión de emergencia. Estaré de vuelta en poco tiempo para hacer lo que quieras.

Posdata: Deje en el refrigerador un pastelitos de chocolate. Los quiero mucho.

Abro inmediatamente el refrigerador para encontrarme con el dichoso pastel de chocolate.

- Hay bebés, hacen a mamá comer mucho.

Salgo con el pastel en mis manos y me lo voy comiendo. Voy a la sala de direcciones para monitorear la misión.

- ¿Qué pasó?- le preguntó a Rhodes que se quedó para guiar a los chicos.

- Agentes de Hydra. Quisieron entrar a la torre que fue de los Vengadores pero lo que no sabían es que Tony ya las vendió. Luego para acabar de volver las cosas peor la gente estaba haciendo manifestaciones de que quieren de vuelta a sus familiares y que ya no quieren que nosotros estemos en las sombras.

- Steve ¿me escuchas?- le pregunto por el intercomunicador.

- Fuerte y claro amor- sólo sonrió cuando me dice eso.

- De acuerdo. A la izquierda están las manifestaciones y tal parece que Hydra va a intentar atacarlos.

- Hola a ti también rojita- dice Tony.

- Si, si. Hola- le dijo a secas ya que aún no hemos hablado después de lo de los Acuerdos.

- Manténganse alertas. Thor adelántate al perímetro y bloquea su camino.

Volteo a ver a la pantalla y veo una firma de calor que no había visto.

- Steve, hay alguien dirigiéndose a ustedes y su velocidad está aumentan...- la firma desaparece poco antes de que impacte- Desapareció.

- Tal vez un desajuste- dice Stark.

- Puede ser- sigo observando el monitor y veo que la firma reaparece y más grande. Una bomba- ¡Steve, sal de ahí ahora mismo! ¡Hay una..!- se oye el sonido de una explosión y todo se queda en silencio.

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- ¡Natasha!- oigo que alguien me habla y abro los ojos al oler alcohol- Hola- era Steve el cual me estaba cuidando.

- ¿Qué ha pasado?

- Uno de los experimentos de Tony explotó y desmayó a l mayoría. Solo Clint y yo estamos bien, pero fue porque nosotros estábamos abajo.

- Gracias, ya me siento mejor- me siento en el sofá que es donde me había recostado.

- Tú siempre contarás conmigo, pensé que ya había quedado claro.

- Sigo estando en números rojos contigo- le digo de broma.

- Nunca.

- No me puedo parar tan fácilmente así que tendrás que cargarme.

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- El doctor ha dicho que no te puedes quedar sola y que necesitas que alguien te cuide así que a partir de ahora tendrás que mudarte unos días conmigo.