capítulo uno

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- D u e r r e -

  Sonreír no era uno de mis mejores habilidades, o quizas sí lo era pero no quiero aceptarlo

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  Sonreír no era uno de mis mejores habilidades, o quizas sí lo era pero no quiero aceptarlo. No es que no me gusta mi sonrisa, nunca tuve algún motivo para sonreir. Cuando tenía algún motivo, prefería encerrarme en mi misma y llenar de satisfacción la sensación de verdadera felicidad, y eso solía ocurrir a menudo ya sea por algún mal chiste o por, simplemente, ver a alguien ser plenamente feliz. Me agrada ver a la gente feliz, poder darles ese hermoso sentimiento siempre que puedo me hace estar de buen humor casi todo el día, exeptuando la penumbra de la noche cuando no puedo dormir.
  Oh, y allí comienzan los problemas.
  El hecho de tener insomnio no ayudaba, nunca pude dormir plenamente en paz, no luego de lo que le sucedió a mi madre hace, bueno, 20 años atrás. La asesinaron a sangre fría, delante de una pequeña Anya Sokolova de apenas 7 años recién cumplidos, nada fue igual después de eso. Cambio de cuidadanía, documentos falsos.

Duerre Williams.

  Cuanta falsedad había resultado mi vida cuando me enteré. ¿Cómo querían que reaccionara? Me di cuenta de toda esa farsa cuando termine la secundaria, había estado nueve años tratando de ocultar lo inocultable, y cuando por fin caí en cuenta decidí ayudar. Ayudar a capturar a aquellas personas que podrían estar sufriendo, por culpa de imbéciles que deciden asesinar, torturar y quien sabe más a las personas. Realmente no me había costado mucho llegar a mi meta y eso me decepcionó, mi padre siempre tuvo una increíble influencia en el mundo Político y Judicial por lo que simplemente tuvo que mover su dedo para que fuera lo que yo quisiera, pasé de ser una simple policía a ser una inútil agente del FBI que sólo podía preparar café y estar pegada como solapa a cualquier integrande de mi unidad, la UAC, quienes parecían estar en desacuerdo con mi papel de "agente". No los culpo, yo me sentía fatal por ser una niña mimada que hace lo que quiere y nadie le dice nada, pero con el tiempo comenzaron a aceptarme e hicimos muy buenas amistades.
  Amistades, que no fueron exactamente honestas por mi parte. ¿Cómo les explicaría que era una farsante? Ellos creían que era Duerre Williams, sin saber que mi nombre en realidad era el nombre de una persona que murió a manos de mi padre para que viviese "legalmente" en Estados Unidos. ¿Cómo les diría que en realidad era Anya Sokolova, una patética chica rusa que inmigro ilegalmente al país que juraron proteger? No podía, y no lo hice.

Ellos me descubrieron.

  La decepción estaba pintada en sus rostros, mientras que en la mía sólo había furia y dolor. Furia por no haber dicho nada antes, dolor por haberles mentido a las únicas personas que podrían llegar a pensar en mi como su familia. Pude haber evitado el peor error de mi vida, rechazarlos. A pesar de haberlos decepcionado, parecían estar dispuestos a darme otra oportunidad con el tiempo. Pero no, no podía aceptar aquello. Estaba molesta con la vida, conmigo misma y por no haber salvado a mi madre, quizas si hubiera hecho eso, nada de esto habría pasado y ahora mismo, tendría una vida normal. Pero eso implicaría no conocerlos, y tampoco podría permitir eso.

  Debí haber hecho tantas cosas, pero no hice nada. Pude haberme salvado a mi misma de la tormenta que sucedería por mis mentiras, pero preferí condenarme junto a ellos.

  Soy una estúpida.

  A pesar de haberme arrepentido de cometer aquella farsa durante dos años completos, ahora ya me encuentro en un punto de aceptación. Estar en la UAC durante siete años me dejó muy buenos recuerdos, y me ayudo como persona al cien porciento. Pero este punto de aceptación cada día se viene abajo aún más, y la respuesta tiene un colorido y perfecto nombre.

  Penélope García.

  Cómo lamento haber comenzado peleas sin sentido, buscando alguna reacción negativa por su parte. Pero eso nunca sucedía, en su mundo todo es hermoso y brillante, nada obscuro a pesar de su trabajo. Ella es el tipo de persona con la que debes estar al tanto siempre, no porque no pudiese cuidarse, sino por preocupación. Podría, algún día, caer en depresión por su trabajo y nadie se daría cuenta nunca. Al contrario mío, totalmente.

  Yo nunca necesito nada.

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⏰ Última actualización: Jun 27, 2018 ⏰

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Agente Williams -Spencer Reid- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora