◇ Ponencia

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Se despertó al dia siguiente con ganas de gritar de alegría,  prendió el televisor 9:45 am se le habia pasado increíble la noche anterior a pesar del estrés laboral.
─Satet, perro flojo nuestra hora ha pasado─le dijo al perro que iba saliendo de su cama para estirarse. Se fue a sus piernas dobladas en el sillón y se acurruco para dormir de nuevo ─vaya que eres un flojo mi amor─le acarició sacandole un suspiro al canino.
El teléfono le sonó y corrió hacia el mismo tirando al perro al suelo.
─Si, ¿diga?─ Contestó.
─¿Corgata?─ Se escuchó al otro lado de la línea.
─Si, ella habla ¿quién es?─dijo extrañada.
─Soy el Dr. Rodriguez─ se relajó al escuchar a su compañero de trabajo ─te molestó para pedirte un enorme favor─.
─¿en qué le puedo ayudar, Doctor?─Preguntó la chica.
─Verás,  en 3 dias tengo que dar una conferencia acerca de la sexualidad y no podré asistir, Karla estaria en labor de parto y no la pienso dejar sola.─Dios, su primer hijo iba a nacer y le entendia perfecto, solo que no sabia porque la llamaba a ella. ─Así que como a ti se te dan bien las ponencias ¿podrias tomar mi lugar ese día, por favor. Te puedes quedar con el dinero que me iban a dar a mi, y por el trabajo no te apures yo le diré a Amalia que me cubres en la conferencia─ Allison quedó estupefacta, su sueño era una conferencia y lo iba a lograr, solo no entendía  por que era tan importante esa conferencia.
─Me alaga doctor, pero ¿porqué es tan importante esa conferencia?─ Le dijo la castaña.
─El hermano de Karla, Enrique tiene una empresa social y queria que diera esta plática pero con esto y en tan poco tiempo no puede cancelarla, asi que pensé en ti. Yo se que tú puedes, por favor─ Le suplicó. Pareció pensárselo seriamente.
─Esta bien acepto, solo que ¿cuando, donde y como va a hacer?─ Cuestionó la chica.
─Te envió los detalles por correo, la presentación y si quieres quitar o anexar algo eres libre de hacerlo, te debo una enorme─ le dijo ─ Muchísimas gracias Allison─  y colgó.
Nunca ese doctor le habia hablado por su nombre, es más hasta pensaba que la odiaba, solo esperaba y no fuera una mala pasada.
Le llegó un correo con los detalles, era el martes a las 9 am en el centro de Barcelona a 30 minutos de ahí,  y la presentación.

Ese día y parte  de la noche la paso pegada al computador, editando e investigando, con 5 tazas de café encima decidió que era suficiente,  fue a la cama y durmió  3 horas.



Despertó, salió a correr, almorzó fuera, regresó y siguió trabajando.
Vio el reloj 21 horas marcaba, se fijo si tenía uniforme limpio del cual rogaba por que así fuera y en efecto así fue, se dio una ducha y durmió.

Al día siguiente fue al trabajo, hablo con la jefa Amalia una señora de unos 40 años, jefa de enfermeras pelinegra, de ojo azul,  quien siempre vestía con el vestido clínico, un chongo en la nuca y unos lentes rectangulares pequeños; para arreglar lo de mañana, la cual ya estaba al tanto y le dijo que no se preocupase por eso, le pido unos consejos de como ir vestida.




Era raro no ver al castaño, pero estaba con Kendall, teniendo que recompensar por el viernes no haber asistido a su fiesta, pero lo valía, valía la pena haber pasado la noche entera con ella, pero una parte de el estaba extrañándola, vaya que había sido flechado. 


Ella lo había disfrutado tanto pero su trabajo, su maldito trabajo no la dejaba tener vida social, tanto se había empeñado en salir de esa maldita casa, que había dejado para después la relaciones, y si esa era una de las razones por las cuales  sus relaciones fallaban, y los últimos 6 años no le daba importancia.

Eran las 12 de la madrugada, ella seguia pegada al computador, seguía leyendo. Se fue por otra taza de café y vió el reloj de en la cocina lo que hizo que se sorprendería, se metió en la cama y trató de dormir, cosa que le costaba la mayoría del tiempo, esa noche fue tan emocionante.




Sueños inesperados *borrador*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora