Dos Angelitos

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Mire mal a mama, aunque la amaba no podía creer lo que me estaba haciendo y de verdad me dolía mucho

   - Ya te dije que no lo voy hacer no me voy a casar con nadie a que no conozca no quiero casarme con alguien que no conozco y menos por dinero

- Pues lo vas hacer si no quieres perder todas las cosas que tienes en esta casa recuerda bella que aún no te puedes ir

- mama no es justo tengo 21 años puedo hacer lo que yo quiera – dije casi llorando

- bien si te quieres ir sin dinero sin hacer nada y sin un techo adelante solo te estoy diciendo que te cases con emmet él te ayudara nos ayudara a salir de la situación en la que estamos es una ayuda mutua

mi mama tenía razón no podía hacer nada, ella se quedaría en la calle si me iba de la casa y a la edad que tenía mama más su enfermedad no era justo que me fuera y que no le ayudaría pero no me quería casar con un hombre al que no amaba no quería hacerlo, según mi mama este hombre había comprado la empresa de papa antes de morir y nos podía ayudar a salir de la miseria a lo que ella llamaba a nuestra vida, no era justo pero no tenia de otra Me quede en mi habitación llorando no podía casarme con alguien que yo no amaba, llore tanto que me quede dormida en la cama,

- Isabela – grito mi mama

Rodé los ojos no quería saber nada, pero mi mama me llamo de nuevo me coloque los zapatos y baje

- Que

- No me contestes de esa manera Isabela – dijo molesta mirándome

- Que es lo que quieres- dije molesta

- Quiero que vayamos a comer con tus futuros suegros y tu futuro marido

- No quiero- dije molesta

- Pues no te estoy preguntando así que ve a ponerte más bonita que tenemos una cita

Mire molesta a mi mama y Subí a mi habitación y me coloque el conjunto que mi mama me había regalado, era una falda blanca no muy larga ni muy corta, y un top que se cruzaba en los senos de manga larga, unas botas bajo la rodilla era un conjunto muy lindo lo había comprado hace unos días y sé que a mama le gustaría, pero no lo hacía por ella sino por mí me gustaba y me sentía bien, cuando Salí mi mama me sonrío contenta amaba a mi mama de verdad pero no podía aceptar que ella me hubiera entregado a un hombre que no conocía y sobre todo que no amaba me sentía vendida cuando mi mama decía que no era así pero así me sentía y eso era lo que más me dolía, nos fuimos en el carro y me quede mirando la nada sin saber que hacer o decir no quería hablar con mi mama y ella lo sabía porque no me decía nada, cuando llegamos a una gran casa me quede asombrada dios mío era enorme no podía creerlo nos bajamos del carro y entramos a la casa

Estaba mirando toda la casa cuando a mi lado pasaron dos niñas de 4 años corriendo y gritando abrí los ojos eran hermosas sus ojos azules y cabello rubio pero sus dos hoyuelos era lo más hermoso que había visto en mucho tiempo las niñas cuando me vieron se pararon y me miraron a los ojos

- Hola – dijo una de ellas me di cuenta que eran gemelas

- Hola – dije sonriendo

- Quieres jugar con nosotras- dijo mirándome

- A que juegan – dije

Mi mama se había ido no sé a dónde así que yo me quede con las niñas

- Estamos jugando a las cogidas - dijo mirándome

- No creo que pueda tengo falda

- Oh vale – dijeron las niñas-es que nadie juega con nosotras

- Les parece que juguemos a otra cosa – dije sonriéndoles

- Sí – gritaron las dos al tiempo – tenemos un juego de te quiere tomar él te con nosotras

- Me encantaría – dije sonriendo ellas corrieron escaleras arriba y que las siguiera así que así lo hice no sé quiénes eran, pero siempre me habían gustado las niñas, me hicieron sentar en una silla pequeña y sirvieron de verdad un té, tenían galletas de verdad en miniatura

- Nuestro papa siempre nos compra las galletas para nuestra reunión de té, pero casi no tenemos amigas así que no tenemos con quien tomar el té- dijo una de las niñas muy triste

Jugamos con el té y reíamos

- Quieres jugar a los disfraces- dijo una de las niñas sonreí asintiendo ellas saltaron emocionadas

Sacaron varios disfraces para niñas y para grandes y me coloque uno de princesa ellas me maquillaron y me colocaron la corona

- Veo que se divierten – dijo la vos de un hombre

- Papi llegaste- dijeron las niñas levantándose de sus sillitas corriendo a los brazos de aquel hombre me quede mirándolo, tenía un traje y era muy grande su cara era lo que más me gustaba tenia los hoyuelos de las niñas y sus hermosos ojos azules era hermoso

- Mis princesas- dijo sonriendo abrazándolas

- Papi estamos jugando con nuestra nueva amiga- dijo una de las niñas emocionadas

- Y ya se presentaron

- No – dijeron sonrojadas una de las niñas me miro y sonrió – mi nombre es Sharon McCarthy

- Un gusto – dije sonriéndoles – mi nombre es Isabela

- El mío es Amanda – dijo la otra niña

- Como las distingo – dije riéndome ellas rieron conmigo

- Yo soy un poco más alta- dijo Amanda- y tengo una pequeña cicatriz en la cara – dijo ella mostrándome

- Niñas porque no van con doña lola que hizo galletas de chocolate

- Siiii- dijo Amanda – bella viene con nosotras

- Ahorita bajan- dijo

Me quede con el mirándome fijamente

- Ya sabes quién soy verdad- dijo mirándome asentí mirándolo sin quitarle la mirada de encima – ahora entiendes porque necesito una mujer

- ¿No importa con quien te cases? - dije mirándola

- Sabes que pasa- dijo el mirándome y sentándose a mi lado

- Que- dije nerviosa

- Que mis hijas nunca han querido a ninguna mujer que se me acerqué – dijo sonriéndome sonreí y mi cuerpo tembló este hombre estaba haciendo cosas en mi cuerpo que jamás imagine que alguien podía hacer 


Un Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora