Capítulo VIII - Motocicletas y atardeceres

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  -Tranquila, no te caerás, confía en mi.- dijo avanzando. No pude evitar sonrojarme. 

Salimos de la escuela y nos dirigimos a...

-¿A donde vamos?

-Ya verás...

Tomamos un camino a lado de una colina verde desde donde podías ver el océano, era hermoso. La brisa golpeaba mi cara con delicadeza haciéndome sentir libre mientras movía mi cabello el cual dejé suelto, cerré los ojos y levanté un poco la cara para poder disfrutarlo mejor. Era genial. Adam me volteó a ver y sonrió con picardía, no tardó en voltear para dar una curva. En eso sentí que me iba a caer así dejé a un lado mis emociones y volví a ponerme bien rápidamente. Adam se rió, yo me volví a sonrojar.

Inmediatamente me dí cuenta de que me encontraba más cerca del cabello de Adam que anteriormente. Pensé en apartarme pero algo me lo impidió, su olor tan masculino que siempre me a gustado; todos los hombres de la preparatoria huelen a sudor o a que no se han bañado en años pero Adam no. El siempre se pone de su loción que huele tan masculino que hace que me derrita como cuando me mira. Cerré los ojos y me dejé llevar por su olor clavando ligeramente la cara en su pelo disfrutándolo más. Acto seguido, coloqué d lado mi cabeza en su hombro y me puse a ver el paisaje. Fue un momento mágico y único, me encanta.

...

Luego de 15 minutos llegamos a nuestro destino; la playa. Pero no era cualquier playa, las clásicas siempre están llenas de gente y de basura. Pero esta playa no, quien sabe si era ya por la hora o por naturaleza propia de la playa pero no había nadie. Sin embargo tenía una hermosa vista al mar.

-Llegamos, anda, baja.- dijo Adam con su voz ronca que me encanta.

Baje de la motocicleta y esperé a que el se bajara. Ambos caminamos por la orilla del mar. Era hermosa la vista, no podía dejar de ver el horizonte, estaba hipnotizada. En eso Adam llama mi atención.

-Así que, ese tipo... ¿Cómo se llama?

-Jason

-¿Es amigo tuyo?

-Si, así es

-Se ve simpático

-Lo es

-Dudo que lo sea más que tu.- me miró con picardía y yo no evité sonrojarme. Nunca nadie me había dicho simpática además de Katherine, y que viniera de Adam hizo que se sintiera más único.

-Gracias...- dije tímidamente.

-Pero la verdad no te conozco del todo bien. Eres algo tímida, ¿no?

-La verdad, si.

-¿Por qué?

-La verdad no soy para nada tímida, solo que en la preparatoria las cosas cambiaron radicalmente. En especial por Stephanie, Kathlyn y Sally. Ellas siempre me hacen sentir inferior y me convencen de no hacer cosas que resalten entre los demás. Se que está mal pero no puedo evitarlo.

-¿Recuerdas lo que te dije el otro día?

-"No dejes que ellas te traten así", si lo recuerdo pero es que ya e intentado de todo y no puedo. Solo termino siendo la burla de todos.

-No creo que de todos. Esas tres me caen fatal.

-Pero, ¿Stephanie fue tu novia no?

-Si, pero eso fue en el pasado. Desde que rompimos la veo como otra persona distinta a la que me gustaba.

-Que lastima que la gente sea así.

-Pienso igual pero no creo que debamos darle demasiada importancia. En especial tu. Te voy a ser honesto Mary...- se me puso la piel chinita al escucharle decir mi nombre-... al inicio te vi como una persona muy tímida y la gente así me aburre. Pero cuando empezamos a hablar más me di cuente de que no eres así, sino una persona más decidida y amigable.

El y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora