-Stephen detente -rio mientras su amado le daba cortos besos- alguien podria vernos.
-Nadie viene por aqui a estas horas Alex -sonrio sin dejar de besar al menor- ademas, no te imaginas lo que te he extrañado pequeño -junto su frente con la del menor y lo miro a los ojos.
-Sabes que si por mi fuera estaria contigo siempre -suspiro desviando la mirada del mayor- pero sabes lo que nos harian si se enteraran de lo nuestro.....
-Hey -tomo su menton haciendo que lo mirara a los ojos y deposito un pequeño beso en la punta de su nariz- Somos demasiado listos para dejarnos descubrir tan facilmente -sonrio con un poco de burla- ademas... -tomo la pequeña mano del pequeño y la entrelazo con la suya- sabes mas que nadie lo que estoy dispuesto a hacer por ti, y si eso implica venir a este sucio campo a media noche cada dia, estoy dispuesto a hacerlo.
Alex sonrio ante las palabras de su amado y planto y suave beso en sus labios.
-Te amo Stephen....
-Creeme que yo mas Alex -se sonrieron para luego sellar sus palabras con otro beso.
Los años pasaron, Alex y Stephen se reunian todos los dias en el mismo lugar a la misma hora, pero siempre siendo cuidadosos de no ser descubiertos.
Pero con el tiempo ambos crecieron, y las cosas se volvieron complicadas, Stephen tuvo que irse lejos para poder estudiar su licenciatura en medicina y Alex fue obligado a enlistarse como soldado por su padre. Pero aun asi, esto no los separo, Stephen conducia cada sabado desde londres durante horas para llegar a tiempo a la cita con su amado, y Alex escapaba de su cuartel durante un par de horas para ver a Stephen, esto le causo muchos problemas a ambos, pero aun asi el lazo entre estos dos nunca se debilito.
Las cosas mejoraron con el tiempo, Stephen termino su licenciatura volviendo a aquel pequeño pueblo y Alex ya no era obligado a permanecer en el cuartel. Todo iba de maravilla, las citas se hicieron mas constantes y largas, los te amos cada vez eran mas sinceros y el lazo entre ambos mas fuertes, todo era perfecto, hasta que estallo la guerra.
El 28 de julio de 1914 la guerra fue declarada, Stephen fue obligado a trasladarse a londres para atender a los soldados que llegaran heridos a esa zona, tuvo suerte, pero Alex no tanta, este fue enviado a territorio aleman.
-No pienso permitir que vayas Atkinson!
-y que haras al respecto Strange!? Rebelarte contra el sistema? Somos dos maricas en medio de una maldita guerra, sabes lo que me harian si me rehuso a ir? Sabes lo que te harian si se enteran de porque me rehuso a ir?
Stephen miro con la mas profunda tristeza a su amado, sabian que las probabilidades de perderlo eran demasiado altas, no podia permitirse perderlo, no despues de todo lo que habian pasado, una lagrima resbalo por su mejilla sin poder controlarla.
-Eh eh -Alex se acerco rapidamente a el y tomo su rostro entre sus manos limpiando su mejilla- no te preocupes cariño hemos pasado por cosas peores.
-No quiero perderte Alex....
-y no lo haras -junto su frente con la de su amado- sabes que no soy un hueso facil de roer -rio un poco y tomo las manos de Stephen entre las suyas- prometo que volvere, cuesteme lo que me cueste volvere contigo Stephen -beso sus manos y lo miro a los ojos- incluso si tardo mil vidas en volver contigo, lo hare Strange -planto un suave beso en sus labios.
Stephen le sonrio con melancolia, sabia que no habia nada que pudiera hacer.
2 semanas despues Alex Atkinson fue enviado a la guerra, Stephen intento con todas sus fuerzas seguir adelante y lo logro durante un tiempo. Hasta que un dia el lazo entre ambos desaparecio, y en su lugar aparecio un enorme vacio dentro de Stephen, no hacia falta ser un genio para deducir lo que habia pasado.
Stephen nunca supo como paso, no porque no pudiera saberlo, si no porque nunca quiso ver los ultimos momentos del hombre que tanto amo, ni siquiera mil vidas le habian dado la suficiente fuerza para olvidarlo.
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one thousand lifes
Fanfictionni mil vidas, ni mil realidades y tiempos distintos le habian dado fuerzas a Stephen para olvidar a aquel moreno.