Eramos unos bebes, creíamos que la distancia jamás acabaría con lo nuestro, creíamos que aunque no tuviéramos el apoyo de nadie, lo nuestro funcionaria mas que bien, eramos dos locos enamorados en busca de nuestra felicidad.
Todo marchaba tan bien, que pensábamos que habíamos pasado todos los obstáculos que se nos atravesaron, pero las cosas demostraron que no supimos brincar el último, pues ya no supimos esperar, ya no soportábamos esas discusiones por linea donde jamás arreglábamos nada, no quisimos aclarar las cosas y seguir luchando por la relación que era antes, si, esa en la que no dependíamos de la felicidad del otro, si no que dábamos todo por ver feliz al otro, ya era cansado estar juntos.
Ian, mi hermoso Ian cambio sus actitudes conmigo, ya no le asombraba verme, ya no me repetía una y mil veces la palabra "Te amo", ya no mostraba cariño hacia mi. En ese momento pude darme cuenta que ya lo había perdido, luche por conseguir seguir con lo nuestro pero ya no servía de nada, puesto que no solo dependía de mi, si no que dependía de ambos.
