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Allí me encontraba yo gritando por toda la secundaria, Clyde corría detrás de mí intentando detenerme pero no podía calmarme, ansiaba encontrar a mi pequeña Melody.
- ¡Te juro que por Gudetama, encontraremos a tu amada Melody!-Me decía mi mejor amigo, caminando con rapidez a mi lado.
Ustedes se preguntaran ¿Por qué tanto barullo por algo insignificante? Pues, desde que tengo memoria, tengo un amor casi obsesivo por Sanrio y exclusivamente por My Melody, cuando solía ser unido a mi hermana menor, me había obsequiado una delicada figurilla de aquella conejita tan adorable, junto con una pequeña libreta de la misma.
Suspire sintiéndome un poco mal, había perdido el total contacto con mi hermanita menor, desde que ella había pisado la secundaria, me di cuenta que la había perdido para siempre.
Discutíamos la mayor parte del tiempo, ¿Dónde habían quedado esos momentos de felicidad con ella?
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- ¡Kenny!-Una voz femenina detuvo mi caminata, realmente ansiaba ir a casa, tenía que preparar la cena y esperar a mi hermanita, voltee y se trataba de Heidi, ella solía ser mi compañía por las tardes, ya que extrañamente salía con ella, la mayor parte de la semana.
- ¡Heidi!-Exclamé un tanto alegre, me daba gusto verla.
Ella hizo un ademan para que yo pasase, ¿estaba esperándome?
- ¿Hoy haremos algo en especial?-Hablo rompiendo la atmosfera silenciosa, me miraba con una sonrisa brillante.
"Hoy no, Heidi"
-Realmente hoy no tengo ganas de salir, pequeña. Debo ir a casa, Karen debe estar esperándome.-Le dije agachando la mirada, me apenaba no pasar tiempo con ella. Sonreí un poco al recordar a mi hermana.
Ella asintió, dejando un beso en mi mejilla, camino tan rápido que desapareció entre la muchedumbre de gente.
Yo suspire, alzando la cabeza, mientras mi mirada se perdía en el oscuro cielo. Parece que pronto llovería, no dude en apurarme.
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Finalmente llegue a casa, pero no me libraba de los quehaceres. Hace varios años desde que había cumplido los 14 años, mis padres suelen "andar de viaje de negocios"; ya que supuestamente quieren que Karen y yo triunfemos en la vida, pero si realmente le importamos, tendrían que estar aquí.
Corrí hasta mi habitación y hurgue entre mis cosas, un ancho cuaderno con decorados de Melody salió a la vista, sonreí como idiota. ¡Amaba ese cuaderno! Este contenía una cantidad inimaginable de recetas, ya que me encantaba cocinar y sobre todo si se trataba de mi hermanita.
🍒
Había terminado rápidamente de sacar el pastel de carne del horno, pero el onigiri no estaba listo. Mire con presi cisión mi reloj de muñeca, las 8:00 p.m.
- ¿Dónde estarás Karen? -Comenzaba a alertarme, como todos los días. "Espero que esta vez coma" pensé para mis adentros; ya que mi hermanita solía despreciarme cada platillo que le preparaba, mi corazón se encogía al ver su mirada furiosa y sus puños apretados, ¿Dónde había quedado la flamante relación de hermanos inseparables?
"Creo que la mimo demasiado" mi subconsciente atacó.
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-Karen princesita-Llame su atención y ella me miró fijamente, no pude describir con exactitud su mirar.-Prepare onigiri tu favorito.
Ella suspiro y dejo caer su bolso al suelo; se la veía bastante agotada. En una voz muy bajita logre oír.
-No lo quiero-Dicho esto con pasos pesados se dirigió a la habitación, pegando un estruendoso portazo.
-Creo que tendré que volver a tirar la comida-Dije en un tono lastimero, mientras me alejaba y me dirigía nuevamente hacia la cocina.
