Epílogo

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—Odio los finales así.

—¿Cómo?

—Tristes, no me gustan.

—Pues a mi me parece un final bastante realista.

—¿Qué ha tenido de realista esta historia plagada de clichés?

—Bueno...en realidad el final no ha sido triste, ¿por qué has dicho eso?

—Es un final triste, esperado y, además, cutre.

—Lo que sí que es triste es que tu familia se haya cargado la descendencia pura alfa de la mía,¡y no me estoy quejando!

—Agh, que mal gusto tienen mis hijos.

—Tu sólo estás triste por la situación en la que te encuentras.

—Tenía la esperanza de que Rogue acabase rechazando a Sting...—Skiadeum soltó un suspiro, el flequillo en su rostro se elevó levemente en consecuencia. Weisslogia lo miró, un claro gesto de  desaprobación en su rostro. Sin embargo, no pudo aguantar con la cara larga demasiado tiempo, sonrió al hombre junto a él antes de desviar la mirada a los protagonistas de aquella noche.

—Míralo por el lado positivo, ahora somos familia.

—Ahora sí que me quiero suicidar.—Skiadrum gruñó, cruzando sus brazos y siguiendo la mirada del de cabello rubio, que rió con estruendosa fuerza.

Ambos alfas miraban al centro de la sala. Se encontraban sentados en un par de sillas cubiertas por una funda blanca bastante cómodas. La multitud dificultaba la visión, pero podían entre ver al par protagonista de la noche.  A pesar de sus quejas, Skiadrum compartía la misma gran sonrisa que Weisslogia tenía en su rostro. ¿Cómo no iba a sonreír? La sonrisa en el rostro de su hijo Rogue era tan grande y hermosa que no podía evitar verse contagiado, sus ojos brillaban mirando al rubio frente a él que le devolvía un gesto similar al del pelinegro. Era tan extraño ver aquel gesto en el omega de cabellos oscuros.

Comenzaron los aplausos cuando la música finalizó, indicando que el solo de la pareja había terminado. Un par de vítores sonaron, Skiadrum apartó la mirada mientras Weisslogia aplaudía el beso de la pareja.

—Venga, están casados, ¡ya no tienes escapatoria!—Weisslogia miró al hombre junto a él, aún aplaudiendo—. ¿Pretendes taparte los ojos cada vez que se besen? Pareces un niño de preescolar.

—Cállate.—Skiadrum apartó su mano, su hijo ya no estaba en la pista de baile o, por lo menos, la multitud lo cubría. 

—Continúa dándome demasiada pena que la dinastía de sangre pura en mi familia finalice de esta manera...—murmuró Weisslogia en un suspiro, aunque no podía negar la felicidad que le producía ver a su hijo Sting con el pelinegro, más aún recordando la pesadilla por la que pasó hacia años atrás.

—Para vuestra información dos alfas machos pueden tener hijos, aún estás a tiempo Weisslogia.—Kagura habló, un rostro serio como siempre portaba. Después desapareció con lentitud hacia donde debía encontrarse Rogue y Sting reunidos. Ambos hombres se miraron, fingiendo no entender aquel comentario.

—Papá.—Skiadrum sonrió, apartándose rápidamente de Weisslogia para prestar atención a su hijo. El chico vestía un traje color negro, Skiadrum sabía que había elegido ese color para evitar el blanco que iba a llevar en la boda con Kentan—.¿Bailamos?—Skiadrum se levantó sin dudar, una sonrisa en su rostro cuando su hijo le ofreció la mano antes de ir dirección a la pista de baile.

—Te ves muy feliz.—Skiadrum se veía incapaz de perder la sonrisa, no podía cambiar aquel gesto mientras el rostro de Rogue reflejara esa emoción. Podía notar esa emoción en los ojos del pelinegro, era extraño que el chico hubiera decidido apartar el cabello de su rostro para el acontecimiento, pero no le decepcionaba, las dos gemas rojizas a la vista gracias a esa decisión. Esa noche su hijo era muy fácil de leer, su rostro y acciones no hacían nada más que demostrar aquel sentimiento que había dominado su ser.

Our happy ending [Stingue]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora