Ni me acuerdo desde cuando comencé a formar mi personalidad como la piba fría, después de tanto amor adentro mío nació el rencor y el odio. Se me complicó la subida al partir desde una cara roja e hinchada, de una gota en la cara a una lluvia torrencial, creyendo ser lo que quise termine siendo lo miserable que varias personas querían. No quiero soltarlo y el recuerdo se aferra a mi comportamiento. Siguiendo el mismo patrón en cólera y angustia, detestando a todo aquél que se me imponga, queriendo cambiar y ser la misma basura. Estar bien dos días y tirarme al piso cinco, qué clase de cosas hubiesen sucedido si de mi parte ponía yo o vos o todos nosotros que no paramos de tocar fondo en el dolor. Solo quiero que mi cara deje de reflejar lo que siento todo el tiempo. Que mi cuerpo responda cuando necesite salir a tomar aire aunque sea, que las ideas me lluevan con calidad para no tener que tomar otras medidas con respecto a mi rumbo. Espectativas, sueños y esperanzas de una piba sensible y amargada.