Capitulo 8

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Chaeyoung

Por razones obvias no iba a ir al lago con las demás así que me solo me dediqué a sentarme junto a las monjas y ver lo adorable que es Mina jugando con el agua, su sonrisa es realmente hermosa pero aquella sonrisa de quito por un grito de su parte, me levante de inmediato y me acerque, Sana y Momo la traían com cuidado.

-¿Qué paso Mina? -pregunto una de las monjas después de sentarla con cuidado en el suelo y agacharse para ver el rostro de la nombrada-

-Me duele el tobillo -respondió y la monja asintió antes de sacar una venda del bolsillo de su falda y envolver el pie de Mina con el-

-Hay que llevarte de nuevo al internado -le dijo con suavidad, Mina suspiro, ella realmente la estaba pasando bien-

-Disculpe madre, yo podría llevarla, así ustedes pueden seguir con las demás -le dije y ella me miro un poco dudosa pero asintió con una sonrisa-

-Llevala en tu espalda, nosotras les llevaremos sus cosas -asentí antes de agacharme frente a Mina y que ella con cuidado se subiera en el-

Después de que ella estuviera sujeta a mi espalda nos despedimos de las monjas y empecé a caminar al internado, el centro no quedaba tan lejos por lo que sería rápido llegar, además Mina no pasaba mucho.

-Gracias por querer traerme pero la hubieras pasado bien si te hubieras quedado y no caminar con una invalida en tu espalda -rei ante su comentario y negué con la cabeza-

-Creeme donde estes tu yo estare y la pasare muy bien con tu compañía -sonreí ampliamente al sentir como ella escondía su rostro en mi cuello-

-Chaeyoung...perdón por la pregunta pero ¿por qué estas en el internado? -apreté mis labios por su pregunta, no me gustaba hablar de mi vida- esta bien si no quieres decirme, no te obligo -suspire y asentí-

Minutos después llegamos pero no había nadie, estoy tan mensa que no les pedí una llave, senté a Mina con cuidado en una banca y empecé a pensar, ¿donde guardaran alguna llave de reserva?, entonces recordé a ver visto a una de las monjas guardar una en maceta de flores, empecé buscar en todas las macetas que tenía cerca pero casi no veía nada pues se estaba haciendo un poco tarde, cuando busque en el último ahí estaba, lo agarre y se lo mostré a Mina la cual aplaudió feliz.

Abrí la puerta que le correspondía a la llave, cargue como una princesa a Mina y camine a las habitaciones.

-No pense que fueras tan fuerte -le sonreí a Mina con timidez, unos segundos después de haber subido las escaleras entre a las habitaciones y con el mismo cuidado de siempre acosté a Mina en su cama-

-¿Te sigue doliendo mucho? -le pregunte pero ella solo se sonrojo y miro hacia otro lado- ¿que pasa Mina? -volvi a preguntar y ella me miro apretando los labios-

-Veras, a mi nunca me dolió el tobillo, yo bueno, solo quería estar a solas contigo -respondió y yo solo me dedique a reír suavemente- ¿estas molesta? -me pregunto pero yo solo me acerque a su rostro y junte nuestros labios-

Nos besamos con lentitud dejando que nuestros labios se disfrutarán suavemente, mis manos se colocaron en sus muslos y los acaricie hasta su trasero el cual no pude evitar dar un apretón logrando que Mina se separara del beso y soltara un suave suspiro que me hizo temblar, sus suaves manos acariciaron mi cuello y subieron a mi nuca para luego enredar sus dedos en mi corto cabello.

Nos volvimos a besar pero esta vez de una forma más salvaje cuando nuestras lenguas se encontraron en una salvaje batalla la cual yo gane al levantar a Mina y sostenerla por los muslos mientras ella rodeo sus piernas en mi cintura, la apoye contra la pared y separe mis labios de los de ella dejando un hilo de saliva entre las dos, mis labios directamente fueron a su cuello el cual bese hambrientamente, nuestro momento fue interrumpido al escuchar unos pasos acercarse, con rapidez pero con cuidado acosté de nuevo a Mina en la cama y arregle mi aspecto.

-Niñas, gracias a Dios entraron, empezó a llover y tuvimos que regresar -ambas asentimos con una nerviosa sonrisa- Mina, ¿cómo te sientes? -la monja preguntó acercándose, mordi mi lengua para no gritar cuando la monja agarro mi brazo y clavo sus uñas en él, oh no, oh no, no, no-

-Mucho mejor -ella respondió, cerré los ojos al sentir las uñas de la mujer profundizarse más en mi piel, ella le sonrió a Mina y me dio una fría mirada-

-Me alegra, Chaeyoung, ¿podemos hablar un segundo? -me pregunto y yo asentí, suspire aliviada cuando soltó mi brazo y camino a la puerta, mire a Mina y le sonreí, una falsa sonrisa pero lo suficiente creyente para que me sonriera de vuelta, me voltee y con el temor reflejado en mis ojos seguir a la monja o más bien mi madre-













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NAOMI SE DESPIDE Bv.

La Fuga del amor •Michaeng•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora