—Hoy es el día—Dijo Dylan en voz alta mientras se veía al espejo. Había pasado el tiempo necesario, ya no quería seguir viéndola desde lejos, quería admirar la belleza de Gisselle de cerca, tocarle, hablarle, y más después de ver a Dallas salir el día anterior del mismo apartamento donde vivía Gisselle. El muy mal amigo le había mentido sobre Gisselle, pero sabía que lo hacía para protegerla de él.
Mientras Dylan la veía correr esa mañana, al mismo tiempo caminaba hacia ella, hasta que alguien lo detuvo.
—¿Qué tanto miras a corazón de melón? —Preguntó el vagabundo muy serio, refiriéndose a Gisselle—He visto que todos los días vienes a verla, pero no te acercas ¿Eres algún acosador o algo por el estilo?
Dylan muy serio y perdiendo de vista a Gisselle agregó—Es mi esposa.
—Yo no soy tu esposa.
Sin darse cuenta Gisselle se encontraba detrás de él. El vagabundo fue el primero en verla y decidió dejarlos solos. Dylan se dio la vuelta sintiendo erizarse su piel al verla frente a él, su cabello, el color de su rostro y el color de su boca hicieron que recordara las noches de pasión que tenían por horas muchos meses atrás.
—Regresa por donde viniste—Dijo Gisselle, sin sentirse intimidada—Te firmé el divorcio hace meses, tú y yo ya no somos nada.
Gisselle se dio la vuelta y se fue con su perrito esta vez en brazos, Dylan no pudo seguirla, era demasiado para él y para ella, pero al menos ya sabía que la había encontrado.
Cuando Gisselle llegó a casa, lo único que pudo hacer fue echarse a llorar, Jules y su hermana corrieron hasta donde ella para que Gisselle entre sollozos les dijera que Dylan había regresado a buscarla.
—¿Sabe dónde vives? —Preguntó su hermana muy enfadada al ver a su hermana menor así—Si viene a buscarte lo castro.
Minutos después de que el llanto de Gisselle cesara, el timbre de la puerta sonó. Gisselle y su hermana sabían que solamente podía ser una persona. Al momento de que Madeline abrió la puerta, se enfrentó a un Dylan con el rabo entre las patas.
—Vengo por mi esposa.
—¿Pero qué coño dices? —Casi se echa a reír al ver lo decido y confundido que estaba al atreverse si quiera seguir llamando por su esposa a Gisselle—Ella ya no es tu esposa.
Dylan sin ser invitado, pasó hasta el interior del apartamento y Madeline se dio por vencida, sabía que tarde o temprano ellos tendrían que tener la conversación y además, Dylan tenía todo el derecho de saber que estaba esperando un hijo. Dylan vio a Gisselle sujetando varios papeles y dejándolos sobre sus piernas mientras el llanto regresaba. El hombre que también tenía lágrimas en los ojos y el que fue una vez su marido, tomando el primer e-mail lo leyó en voz alta:
— "No sé qué hacer, cada día es más difícil, pero más fácil darme cuenta que eres tú a la mujer que necesito en mi vida..."
Tomó el siguiente y volvió a leer el siguiente, el siguiente y el siguiente:
— "Si te contara la primera vez que la conocí. Ella era perfecta, lo es, pero no funciona, nada de esto funciona..."
— "...desde que estoy contigo todo es diferente, me haces sentir vivo, pero cuando estoy con ella es como sentirme atascado, como si le debiera algo por dejar su sueño a un lado."
— "Cada día es más difícil verla a la cara."
Dylan se dejó caer de rodillas y sollozando le pedía perdón a Gisselle. Ése había llegado desde que crecía un bebé en su vientre, pero el dolor y los recuerdos de esa noche llena de humillación no se iban.
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Alguien más (Relato corto)
Short StoryLa vida puede jugar de muchas maneras, y los sueños pueden cambiar de la noche a la mañana. Los sueños de Giselle Williams era convertirse en una gran diseñadora de modas, y lo hizo. Los sueños de Dylan Russell era llegar a tener su propia empresa d...