Tómala de la mano, y nútrela con tu amor; cuídala, acéptala, respétala, quiérela, ámala. Dale todo el amor que sientes por ella hasta vaciarte. Demuéstrale que siempre estarás ahí para ella, aunque no estés. Los árboles merecen primaveras, y las mujeres merecen amores sinceros.