Kiong Sinon
Mientras caminaba a cualquier sitio, por alguna razón me quedé pensando en el chico de hace un rato. Su extraño humor bastante parecido al mío era bastante atractivo.
Un momento, ¿dije atractivo? No... olvidemos eso.
En clases tenía un profesor demasiado odioso, en su totalidad. Algo que me deprime bastante. ¿Será posible sobrevivir hasta fin de curso con él? Bufé mentalmente mientras cruzaba un arco de cemento.
Llegué al patio por algún motivo. Era bastante tranquilo el ambiente ya que la mayoría de los estudiantes estaban en los pasillos. Levanté mi muñeca. Tengo 30 minutos para descansar. Volví a bufar exasperada y puse mis audífonos en mis oídos buscando despejarme, volviendo a dar pasos, esta vez recorriendo el patio.
Me di cuenta de que el espacio era muy amplio, perfecto para no hacer nada. Me estaba relajando en serio mientras la música en un volumen moderado acompañaba mi caminar, hasta que una sombra se unió a la mía.
—Hola, soy el desconocido de hoy, ¿tienes comida?
Parpadee varias veces, deteniéndome y él también haciéndolo. Estaba actuando algo diferente a hace un rato. Me quité los audífonos mientras retenía unas cuantas risas que querían escapar por su descarada sinceridad. Sonreí luego.
—Claro, ¿te gustan las barras de cereal? —consulté mostrándole una al desconocido, poniéndola frente a mi rostro.
Por alguna extraña razón, al verlo sonreír leve, se me pasó por la mente la palabra: Bingo. Ignoré aquél pensamiento.
—Si, a mi estómago le gusta todo menos las almendras y lo empalagoso.
Asentí con mi cabeza, entregándole la barrita mientras intentaba memorizar aquello. Relamí mis labios cuando la barrita ya estuvo en su poder.
—Disfrútala, desconocido.
Giré sobre mis talones para empezar a caminar en dirección contraria a él. Una mano en mi antebrazo me detuvo en mi intento de escape, provocando que yo girara mi cabeza para verle. Sus labios estaban curvados en una adorable y hermosa sonrisa mostrando las encías del chico, sus ojos arrugándose levemente indicando que la sonrisa era verídica. Tragué saliva con sólo poder observarlo así, ¿por qué de la nada este chico lindo me sonreía?
—Ah... en cuando recuerde traer mi almuerzo te compartiré, gracias —prometió sin borrar aquella sonrisa de su rostro, esto haciendo que mi pecho se sintiera ligero con una repentina felicidad embargándome, provocando que yo sonriera de vuelta.
—Está bien, gracias.
Tragué saliva algo nerviosa al sentir el sonrojo venir desde lo más profundo de mi, por lo que escapé con cuidado de su agarre y esta vez si me alejé.
Mis ganas de seguir haciendo nada volvieron, por lo que me acosté en el césped de espaldas y cerré mis ojos disfrutando de la suave melodía que yacía en mis oídos nuevamente. Estaba sumamente relajada hasta que recordé lo importante.
Mierda, debía escoger una ruta.
Diablos, no tengo ni la menor idea de cómo hacerlo. Me quité mis audífonos y busqué con la mirada al chico desconocido, lo vi sentado en una sombra y corrí hacia el.
—Hola, eh, necesito tu ayuda —pedi jadeante por haber corrido.
Pude ver que al observarme su rostro se transformó en uno de confusión.
—Uhm, si, ¿qué necesitas? Si son las tareas lamento decirte que las tiré a la basura estas vacaciones... ¿El ogro ya les dió tareas? —inquirió lo último ladeando la cabeza.
¿Ogro? ¿A mi profesor del averno se le conoce como "ogro"? Retuve risas sonriendo y negando con la cabeza.
—Pues... es algo así —Ladee mi cabeza—. Debo escoger qué ruta tomaré... me gusta cantar y también los instrumentos pero... no sé —Tapé mi rostro frustrada, nunca he sido buena decidiendo.
—Uhm, pues has lo que mejor te salga —respondió con simpleza, a lo que reaccioné quitando mis manos de mi rostro y cruzandome de brazos mientras volvía mi mirada hacia él.
—El problema es que no sé qué es lo que mejor me sale —bufé.
—Ah, ¿y si intentas ambos? Es decir, prueba un poco de ambos y luego compara. Supongo que funcionará.
Alcé mis cejas sorprendida, era buena idea.
—Bien —suspiré—. Gracias desconocido —Giré mi cuerpo dispuesta a irme, hasta que recordé algo esencial y giré nuevamente—. ¿Cuál es tu nombre?
Lo vi vacilar un poco. Le resté importancia.
—Soitu.
Hice una " S" con mis dientes y la mantuve durante un tiempo. ¿Soi...? ¿Soitu? ¿Soitu...?
—Soitu padre —Sonrió con sorna. Apreté mis labios reteniendo una carcajada por el mal chiste—. No te diré mi nombre, me mantendré en anonimato para que no me pidas la tarea.
Ladee mi cabeza y sonreí falsamente.
—Que gracioso... —me mofé—. Y está bien, mantente en anonimato —puse mi cabeza en su posición original y miré la hora en mi reloj de muñeca, mordí mis labios al ver que el tiempo pasó rápido—. Nos vemos.
Me giré y volví a ponerme mis audífonos para dirigirme al aula, esta vez no sintiendo aquella penetrante mirada sobre mi.
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Confía [Min Yoongi]
Fanfiction»Historia basada en un roleplay privado, el mejor de mi jodida existencia« ---✕--- Kiong Sinon tuvo una infancia de lo más dura, Yoongi no se queda atrás. Ambos tenían padres que nunca los apoyaron ni les daban la bola, sin embargo, a pesar de todas...