Todo comenzó en un pueblo lejano, a las afueras de Colombia en la Edad Media. Por aquel entonces ya se habían formado tribus que vivieron ocultas y duraron bastantes generaciones, desarrollándose cada vez más. Killi, el pueblo natal de estas criaturas se caracterizaba por su fertilidad y por estar rodeado de dalias negras (de ahí, el nombre de las criaturas), sus habitantes amaban la naturaleza.
El pueblo estaba repleto de niños y mujeres más que de hombres, todo era alegría... Hasta que un día los hombres traicionaron a la tribu y se marcharon. Dichas traiciones como copular con la mujer de otra tribu, dejar solos a los niños o engañar a una mujer con otra de la misma tribu eran las más comunes. No obstante, el pueblo contaba con mujeres muy hermosas, así que ese tipo de casos se redujeron. Cada vez nacían más niños y éstos crecían rápido. Las niñas solían recoger flores o jugar con muñecas hechas por ellas mismas o por sus madres, y los niños se iban de caza con sus padres para aprender. Era una obligación, si no sabían cazar no podrían defender ni a su familia ni a ellos mismos.
Una mujer del pueblo había dado a luz a una niña algo especial. Todas las niñas del pueblo se mostraban hostiles ante ella sin ningún motivo y las madres alejaban a sus hijas de ella. Resulta que había nacido con un ojo ciego y podía saber con una facilidad ridícula lo que pensaba la gente. Era como si leyera las mentes. Las niñas se metían mucho con ella diciéndole que iba a traer la desgracia a la tribu y era una inútil por ser medio ciega y débil, aparte de tirarle las flores que recogía y aplastarlas. Lo único que la animaba era recoger flores curiosas que sólo crecían cerca de la zona del Amazonas.
Un día, no quiso regresar al pueblo y se quedó dormida junto al río con flores de diversos colores en sus brazos.
Unas mariposas azules se posaron una tras otra en las flores y en la cara de la niña, hasta que la despertaron. Cuando se despertó seguía siendo de noche, pero las mariposas brillaban en medio de toda esa oscuridad. Se levantó y las mariposas se fueron. Ella estaba fascinada, nunca había visto algo tan bonito así que las siguió a las profundidades de la selva.
- ¡Esperad!
De repente las mariposas desaparecieron y fue justo en ese momento cuando ella se dio cuenta de que se había metido en lo más profundo de la selva. Tenía miedo, ya que a las niñas no se les prepara para enfrentar los peligros que conlleva la selva, y ni siquiera los hombres se habían adentrado nunca tanto.
Ella ha sido la única que pisó las profundidades de la oscura selva.
Se oían sonidos de animales, caminó y caminó sin parar de mirar a su alrededor. Le parecía fascinante y a la vez le asustaba. Intentó tomar precauciones y estar lo más atenta posible. Llegó a un punto de la zona donde había un árbol algo más grande que los demás. Tenía un tronco muy robusto y miles de ramas finas que ocupaban gran parte del espacio. Lo que le pareció más curioso fue el hecho de que las hojas fueran azules y brillaran.
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HISTORIETAS PARA DORMIR PLÁCIDAMENTE
HorrorSe trata de una serie de breves historias con distintas tramas que es posible que te ayuden a dormir increíblemente bien... si tienes una mente algo perturbada claro. © Copyright.