Letter | TaeKook

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Hola, Kim TaeHyung. Seguramente te preguntarás, ¿Por qué estoy recibiendo esta carta?
Te lo diré ahora, soy Jeon JungKook, tu antiguo novio o tu antigua víctima, como quieras llamarlo. Supongo que el concepto es lo mismo para ti.

Solo quiero desahogarme en estos momentos, porque me he prohibido tantas cosas solo por los traumas que me hiciste pasar y vivir constantemente sin consideración alguna por mi salud física y mental, era como si fueras una máquina para torturar que no tuviera un simple descanso ni sentido común.

Porque tú no eras así, yo conocía a alguien cariñoso y feliz, con unos ojos que derrochaban miel cada vez que me veían y una sonrisa demasiado particular y especial.

Y te juro de todo corazón que puse todo mi amor y esfuerzo en nuestra relación, me mostré como era en realidad, solo por ti y esperé que hicieras lo mismo.

Esperé que me cuestionaras hasta el cansancio el porqué me sentía así, que me dijeras que estaba equivocado, que el mundo no se basa en personas con la mente perturbada llena de pensamientos crueles y con alas oscuras hechas a base de los pecados más horribles que puede cometer el ser humano.
Quería que me dijeras que podíamos hacer esto juntos, que los prejuicios no nos iban a ganar... Que tú no ibas a perder los estribos solo por la presión de la sociedad.

Pero eso no pasó, porque no todo sale como algunas veces lo piensas y lo peor pasa cuando esperas algo de esa persona y no te lo da.

Solo te fuiste, te fuiste con nuestros sueños, esperanzas y mi pobre corazón hecho trizas, te llevaste dentro de tu maleta los recuerdos, las risas pasadas y los sollozos del presente.
Porque habíamos hecho una promesa de compartir todo y nunca dejarnos, como todos los enamorados hacen en algún momento.
Y ahora, estoy sentado en el viejo sofá donde nos solíamos acurrucar mientras veíamos películas de Marvel, tratando de no llorar mientras veo la puerta por donde te fuiste ese día, esperando a que regreses con tu sonrisa tan partícular y que, después de un tiempo, empieces a disculparte por todo lo que me haces a través de sollozos y pequeños balbuceos inentendibles, suplicando para que nunca te deje de amar y nos quedemos dormidos mientras tratamos inútilmente de unir todos los trozos rotos y desparramados de nuestros corazones inseguros.
Porque nos amábamos, y no sé dónde quedaron los rastros de ese amor de cristal que habíamos formado.

¿Fui demasiado inseguro?

Si fue así, por favor vuelve, prometo cambiar a mejor y no volver a llorar por las noches pensando en que no me amas solo porque no lo demuestras de la forma correcta.

¿No me maquille bien?

Lo siento, amor. Los problemas en algún momento me sobrepasaron sin darme cuenta y las lágrimas salieron sin pedir permiso, como una cascada que sigue su flujo sin que le importe otra cosa, se corrió el maquillaje y el moretón que tenía bajo el ojo se hizo notar, unos amigos dijeron que era tu culpa. No entiendo por qué, si el único que tiene la culpa acá soy yo.

¿Demasiado irritante y cariñoso?

Debí suponer que no te gustaba demostrarme afecto en lugares públicos, tampoco debí insistirte en que me dieras un beso, me aclaraste las reglas y yo fallé como un tonto, me merecía los pequeños hematomas en mis brazos y piernas.

Lo siento, por todo eso y más.

Porque tú siempre haz sido mi pequeño ángel, aunque la gente de mi alrededor dijera que me manejabas a tu antojo y que eras un ángel caído que solo me hacía daño.