Frontera de Inhar con Orit - 4:00PM.
Ruinas de edificio abandonado.
No podía recordar dónde estaban. No específicamente. Estaba totalmente seguro de que era ahí, en ese bloque de edificios abandonado; el punto era cuál de todos los apartamentos era el que tenía los libros. Gregory había estado ahí una semana antes, era imposible que olvidara cual edificio era. Revisó el tercer piso completo y no estaban. Instintivamente subió sin revisar el primero o el segundo, pero se encontraba en duda sobre si debía subir al cuarto piso a revisar los siete apartamentos que tenía, o ir directamente a los siete del segundo piso.
Miró por el enorme agujero que había en la pared del tercer piso, aquel que daba vista hacia el suelo y los alrededores del edificio y también al cielo. Suspiró y sintió la suave brisa del atardecer acariciar suavemente su rostro y su cabello haciendo que los mismos se movieran al compás del viento, tranquilamente decidió bajar hasta el segundo piso. Planeaba subir, pero el recordar lo que había arriba realmente no le causó mucho placer. El olor a pudrición se sentía desde las escaleras; probablemente estaban los mismos cadáveres de la otra vez, eran cuatro. Con algo de suerte, no habría más. Greg hizo un recuento de la semana pasada, eran cuatro cuerpos. Dos lucían más recientes que los demás —realmente todos lucían de meses, el olor era increíblemente desagradable—. Un anciano con lentes rotos, vestido con tirantes estampados y una camisa blanca, lucía derruido, había gusanos entrando y saliendo por su boca. Ni hablar de las moscas que danzaban alrededor de su cráneo, era una escena totalmente repugnante. O lo sería a ojos de un novato, un inocente o un civil normal que jamás fuese salido de la seguridad que ofrecían cada una de las cuatro ciudades luminosas con su increíble cantidad de luz emitiéndose veinticuatro siete. En el fondo, Greg no sentía absolutamente nada al ver a los cadáveres además de un poco de pena al imaginar todo lo que querían hacer y no pudieron. Sus ojos y su memoria estaban llenos de recuerdos de todos aquellos que vio morir gracias a las almas que los consumían y en casos apartados, por otras causas. Aun así, tampoco le causaba emoción alguna perseguir él mismo aquellas escenas tan fuertes.
Su piel se puso de gallina, un escalofrío recorrió su columna vertebral y por un momento, se sumió en sí mismo en su propia mente, manteniéndose inerte sobre un lago de cuestionamientos sobre sí mismo y sobre el mundo en el que le había tocado vivir, Se cacheteó instantáneamente, no tenía que hacer eso, no en ese lugar ni a esa hora. Era testarudo, pero sabía que pronto oscurecería y los cadáveres no lo ayudarían si algo le sucedía. Recordó una vez más a los otros tres cadáveres: una señora aparentemente mayor que vestía con pantalón y camisa morados, un chico que lucía de la edad de Gregory y una chica que lucía estar "teniendo un plácido sueño" por su posición en el suelo. Era como si hubiese abandonado cualquier esperanza de vida y se fuese rendido ante la muerte. Todos totalmente malolientes y llenos de moscas e insectos alrededor. No lucían con muchos daños, seguramente habían sido consumidos por almas y eso sólo significaba una cosa: tenía que apurarse, había almas en ese lugar. Las almas requerían su tiempo para consumir en totalidad la energía vital de las personas, duraban una hora ellas solas y menos entre dos o más. Una hora de lo que parecía ser agonía, gente perdiendo el sentido de la vista lentamente, sintiendo su corazón agitarse del miedo y luego ir perdiendo la potencia en sus latidos luego de una fuerte corriente de energía que hacía creerles que su corazón saldría con turbo por su boca. También, verse a sí mismos cayendo al suelo al verse incapacitados de moverse y así, poco a poco, sintiendo su cuerpo dejar de funcionar, acabando sin escapatoria y sintiendo algo totalmente desconocido por aquellos que estaban vivos mientras escuchaban los desagradables gritos que emitían las almas al apoderarse de alguien. Definitivamente sonaba tortuoso, una muerte lenta y agonizante. Y en ese lugar, los cuatro cadáveres parecían haber corrido por el mismo destino: almas consumiéndole. Tal cantidad de cuerpos en el mismo lugar significaban que las almas estaban pendientes de la zona, y que luego de tantas víctimas, seguirían rondando el lugar en confianza de que aparecerían más.
ESTÁS LEYENDO
Nido de almas
AdventureEl mundo vive con miedo bajo el acecho de las almas: seres que atacan a los que viven bajo el manto de la oscuridad para absorber toda su energía y acabar con su existencia. Todo está mal, el mundo luce como un manicomio ante el pánico que causa la...